Sadness

Preludio

El pequeño castaño recién llegando de la escuela cerró la puerta tratando de hacer el más mínimo ruido para luego caminar a paso apresurado hacia las escaleras; sus pequeños ojitos se paseaban desde el primer escalón a cada rincón de su pequeña
casa cerciorándose de que él no estuviera por ahí esperando para atacar a su hermosa, delicada
e indefensa presa, dio un suave suspiro apenas audible para él mismo y luego subió rápidamente cada escalón hasta llegar a su preciada habitación para no encontrarse con aquél monstruo el cual todos decían que se encontraba debajo de su cama,
dentro de su armario o que solo era un reflejo de su infinita imaginación, sacaban conclusiones sin saber que era nada más ni nada menos que su propio padre, su progenitor, quien le debía dar amor, apoyo en los momentos más difíciles y cansadores de su vida, pero el padre de JiMin, le demostraba su afecto de una forma bastante peculiar.

Dejó su mochila de osito sobre su cama preparándose mentalmente para cualquier cosa que viniera,
sintiéndose muy nervioso al escuchar el sonido de su puerta rechinando al ser abierta tan lenta y delicadamente, cerró sus ojitos unos segundos para
tragar saliva notando un gran nudo en su garganta el cual le dificultaba el habla cada vez haciendose más intenso con cada segundo que pasaba.

—Que bueno que llegas, JiMinnie... Te estaba esperando, bebé.

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