12.

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Taehyung me invitó a salir después de su trabajo cuando llegó el fin de semana, quería mostrarme lugares "sorprendentes" de su país y yo acepté gustosa, cualquier pretexto para salir de su casa era demasiado bueno. En realidad, acoplarse a Seúl no fue tan difícil, no difería mucho de la vida movida que tenía en Tokio, a excepción de que ahí si tenía trabajo. Hice mis cuentas y todo lo que había ahorrado me alcanzaría para estar ahí por 6 semanas, ese era el tiempo que tenía para encontrar a ese no sé quién que me había hecho que me despidieran, tal vez entender el por qué Yoongi había cambiado desde que se fue y... encontrar algo que realmente me gustara.

-¿Quieres un lugar lindo o extra?- Preguntó Tae sin quitar la mirada de la carretera, no es que fuese nervioso, pero se tomaba muy enserio su papel de conductor, más bien, el papel de cualquier cosa siempre lo tomaba muy en serio, tan serio que causaba risa, ¿raro no?, así es Tae.

-No conozco nada de aquí, llevo unos cuantos días... sorprenderme-

-¡Kol!

-¿Qué?

-Ah... Hecho... es un trato. Sabes... deberías aprender coreano, morirás aquí si no lo haces, al menos un poco.

Pisó a fondo el acelerador y condujo alrededor de 1 hora para llegar a la playa, no eran ni las 5 PM así que el día seguía soleado, muy soleado. El sol no era de mi agrado, para nada de mi agrado; la sensación pegajosa que queda en tu cuerpo y sobre todo el ardor que queda después de exponerse un buen rato... lo odiaba demasiado.

Estacionó el auto y bajamos para dirigirnos a la orilla, una playa poco concurrida debido al gran oleaje, lo agradable de ahí era la muy suave y blanca arena, si hubiésemos llevado una sombrilla podría haber sido agradable descansar un rato.

-¿Y? ¿Qué piensas? ¿Te agrada?- Preguntó Tae, quien caminaba detrás de mí, guardando un par de metros de distancia.

-Nada extraordinario...- Giré para ponerme frente a él y me encontré con esa sonrisa de nuevo. El viento le agitaba el cabello castaño y por primera vez noté sus perfectas proporciones. Pantalón gris de vestir, camisa blanca y un Sweater beige en conjunto con un par de converse rojos le lucían perfectos.

-¿Debería darte una foto mía?- se burló -Es agradable tener tu atención, pero ahora tenemos algo más que hacer- Se encogió de hombros y pasó al lado de mi dedicandome otra de esas características sonrisas suyas.

-Sólo miraba tu estilo, ahora luces justo como un buen Boyfriend material.

Soltó una carcajada y me tomó de la mano para llevarme caminando a paso rápido a un restaurante cercano a la playa, mejor dicho me llevó corriendo.

-Esto es lo que hace extra a este lindo lugar. La comida de aquí está de muerte- comentó sin quitar esa sonrisa de su rostro, haciéndolo parecer salido de una película ¿Podría este chico dejar de sonreír? Alteraba mis hormonas cada que lo hacía.

Era un restaurante grande, más grande de lo que se espera para los pequeños locales que hay en el país. Decorado con lindos chuches antiguos y unas cuantas (muchas) fotografías tomadas por una Polaroid de los clientes del restaurante.

-Wow- fue lo único que pude decir ante tal decorado. Las fotografías y la autenticidad de ellas lo hacían un lugar cálido, un lugar al cual podrías mirar por horas y estar ahí sin aburrirte siquiera.

Buscamos una mesa justo al lado de la ventana y nos sentamos. Mi acompañante no me despegaba la mirada, al parecer mis reacciones le parecían lo suficientemente graciosas para apartar su vista y perderse siquiera un segundo.

Blossoms in the Dark || Min Yoongi ||Where stories live. Discover now