Tell me that you feel the same

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Ryu había asumido ya que las cosas eran así. Eso no significaba que lo aceptara y mucho menos que lo hubiera olvidado. Seguía buscándole con la mirada por el instituto. Cada noche recordaba el tacto de su piel y siempre andaba preocupado por si todo le iba bien. El chico era propenso a los problemas.

Después de las primeras reacciones de confusión y duda pasó a la añoranza y Ryu se dio cuenta de que estaba pillado por los huevos, pero bien, bien. Quizás era verdad eso que decían de que cuando te rechazan aun te obsesionas más. Quién sabe. Lo que sí sabía Ryu es que Shino ya no estaba y eso le pesaba sobre los hombros, haciendo su vida un poco más difícil aun.

La profesora le había mandado a por tizas a la sala de profesores. Ryu se volvió a encontrar con la desagradable e inútil esperanza de encontrarse al pelirrojo y descubrir que todo seguía igual que siempre. ¡Que estúpido! Había pasado más de un mes, ¿cómo cojones podía ser una casualidad? Cuál fue su sorpresa al girar una esquina y encontrarlo allí, caminando por el pasillo con el paso lento que le caracterizaba.

Ryu sintió como su corazón se contraía hasta alcanzar el tamaño del puño. El bombeo le taladraba la mente y le impedía pensar. Un ritmo frenético y descontrolado para nada representado en su cuerpo. Se había quedado clavado al suelo y había dejado de pestañear. Si no fuera biológicamente imposible Ryu juraría que también había dejado de respirar. Y mientras tanto Shino se alejaba.

-¡Shino!- las palabras salieron sin ser pensadas, de la misma alma que no iba a permitir perderlo otra vez. Tragó saliva.

Shino giró medio cuerpo y le miró con ojos duros. El pulso del moreno respondía y Ryu temió que escuchara sus latidos pese a la distancia. Se acercó al muchacho que aún no había respondido.

-¿Qué... qué cojones te pasa?- Ryu balbuceaba y los nervios le traicionaban. No pensaba lo que decía. Ya lo había pensado suficiente durante todo ese tiempo. Sus ojos se clavaron en el cinturón, hoy de cuadros, para evitarle la mirada.

-¿A mí? ¿Qué me pasa?-Shino puso cara sorprendida, como si realmente no supiera de que hablaba. Ryu se relajó, quizás sí había sido un error.

-No sé. No me contestabas a nada. Pensaba que te pasaba algo.

-¿Por qué te tendría que contestar?-los ojos de Shino se volvieron dos líneas finas que le juzgaban y le perforaban la mente. Ryu no entendía nada pero percibió la rabia fría en los ojos del muchacho.

-Somos amigos.-dudó.- ¿No?

-¿Amigos? ¿Des de cuando los amigos follan?- las palabras de Shino destilaban un: "yo solo follo con quien me importa una mierda".- Lo hicimos una vez, y no estuvo mal ¿sabes? Pero follar contigo me supone demasiado esfuerzo. No te lo tomes a mal, es solo eso.

Ryu sintió como el alma se le quebraba y el mismísimo corazón dejaba de latir. No le importaba, nunca le había importado lo más mínimo. Entonces ¿por qué? ¿Por qué le contó lo que nunca había contado a nadie? ¿Por qué habían dormido con las manos enlazadas? Demasiado esfuerzo. Ryu no merecía la pena para tanto esfuerzo. Eso era lo que quería decir.

-Bueno, pues eso Asahara. A lo mejor si me sale un trio o algo así...-rió ligeramente.- Bueno me voy que tengo tutoría. Nos vemos...

Ryu le observó alejarse y perderse por el pasillo. Sus pensamientos desbocados y confusos planteaban demasiados interrogantes a los que era incapaz de dar respuesta. Una ira angustiada le invadió. Andó hasta el lavabo más próximo y se mojó la cara para despejarse. Al levantar la cabeza se encontró a si mismo en el espejo. Se dio asco. Era repugnante. Había caído en la puta trampa como una zorra cualquiera. ¿De verdad pensó que alguien como Shino podía tener un mínimo aprecio a alguien como él?

Too Young to DieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora