Prólogo

9 4 0
                                    


Es sencillo, demasiado sencillo caminar y pensar a la vez. Hacia dos horas que salí del cementerio porque no soportaba ver a los padres de West llorar desconsoladamente. 

Aun tengo esa parte de culpa en mí que come poco a poco cada uno de mis sentidos, y vuelvo y repito que no lo soporto. 

Fue mi culpa, mi maldita culpa de que él esté ahí y no yo. 

¿Por qué tuviste que hacerlo? me habrias ahorrado mucho dolor ahora mismo.

Suspiré  y seguí con mi camino. es obvio que no esperara que respondiera, porque está muerto. Una vez que llegué a casa respire el aire denso que había y me eché a llorar en el suelo desconsoladamente, solo lo quería a él. extrañaba su forma de ser y es maldita sonrisa que me daba las fuerzas para seguir adelante cada mañana. 

Cerré los ojos con fuerza no queriendo despertar de esta pesadilla. Aun lo escucho a lo lejos decir mi nombre tantas veces que creo que ya es suyo.

Dios, ¿por qué eres tan injusto conmigo?  -intenté gritar pero lo único que me salía era un susurro tan silencioso que era gratificante. 

Tenia mis ojos hinchados de tanto llorar hace cinco días, si justo hace cinco días que ocurrió el accidente y solo yo viví. Pero no quiero una vida, no quiero vivir llorando cada vez que lo recuerde porque me hace pensar que soy una inutil que no hizo nada al respecto para detenernos. No debimos discutir esa noche, y ahora mismo lo necesito.

¿Qué es lo mas estupido que puede hacer una persona para quitarse el dolor de una vez?

Recuérdame  (Proximamente)Where stories live. Discover now