La hora llegó, te diré mis sentimientos sin remordimientos, sin pena, ni miedo.
Te diré todo lo que siento por ti...
-Vamos Rachel, tu puedes- me animo a mi misma para poder tocar el timbre de la casa de Liam -Vamos- me acerco a la puerta y veo el redondo del timbre -Tu puedes- presionó el timbre y resuena en toda la casa.
Pasan como 5 minutos, hasta que se abre la puerta.
Lo primero que vieron mis ojos fue el abdomen bien definido de Liam (Claro, el es mucho más alto que yo)
Subo lentamente la mirada, hasta quedar en sus ojos azules confundidos-Emm, hola Rachel- se agarra el cabello mojado-¿Qué haces aqui?- no me pude resistir y lo bese
Bese sus labios suaves, tan suaves como un algodón de azúcar
Tan dulces, como una tarta de fresa
Y tan perfectos, como el amanecerCon ese beso, pude decirte todo lo que mis labios no pudieron decirte algún día, con ese beso se unieron todas mis partes.
Pero, no todo es perfecto en esta vida.