El muchacho de cabello azabache se apoyaba con sus codos en el balcón admirando la brillante noche junto a la hermosa vista que le propiciaba el piso en el cual se habían hospedado. Sintió como la fresca brisa que transcurría jugaba con sus lisos mechones alborotándolos y luego un escalofrió recorrió su desnuda espalada, aun así no le importo, en su cabeza sólo había espacio para rememorar la perfecta tarde que había pasado junto al castaño que yacía durmiendo en la cama tras él. Volvió a admirar al manto estrellado de aquella noche deseando con todo su ser que ese momento durara eternamente, ellos en ese cuarto, su amor y la luna junto a las estrellas siendo el único testigo de su pasión. Realmente lamentaba que fuese el ultimo día de sus vacaciones, momentos en los cuales podían ser libres de expresarse como quisieran, no hay que malentender, ambos amaban sus trabajos pero tener que reprimir roces, sensaciones y sentimientos era una labor arduamente dolorosa.
Su cuerpo respingo al sentir unas fuertes manos ceñirse su cintura y una calidez abrazar su ancha espalda. Inclinó su cabeza hacia atrás apoyándola en el hombro del menor y tomó atención a sus latidos acompasándose junto a los suyos, volviéndose en un único ritmo, provocándole olvidar toda preocupación existente hace unos segundos.
— ¿Qué haces afuera? — preguntó con la voz levemente ronca, indicando su estado de dormirles.
— Mmh...sólo quería ver la noche y tomar algo de aire fresco. — respondió posando sus manos en el agarre del contrario.
— Podrías siquiera haberte puesto algo más de ropa. — dijo besando su nuca. — No quiero que miren demasiado lo que es mío. —
Una dulce risa salió de su pecho encantando al menor. — Que yo sepa no soy propiedad de nadie. —
— Eso no fue lo que me dijiste hace unos instantes. — Aunque no lo viera, el mayor apostaba todo lo que tenía en que una sonrisa ladina adornaba la cara del castaño. — Oh, ¿acaso quieres que te lo recuerde? —
— Ok, ok, tu ganas. — sacudió su cabeza y giró su cuerpo. — Seré tuyo solo si eres mío. — mencionó mirando esos penetrantes oscuros ojos café que lo volvían loco, en seguida tomo su muñeca y beso el interior de ésta en signo de confianza.
— Siempre seré tuyo. —correspondió acariciando su mano con suave roce de labios. — Mi príncipe. —
El mayor sonrojado por el apodo dado por parte de su compañero regresó al cuarto colocándose la primera playera que encontró en el suelo.
— ¿Te piensas ir tan pronto hyung? — enunció con leve dejo de tristeza que no paso desapercibido para el contrario.
Observó una negación en respuesta, a lo que aprovecho aproximándose por detrás de su compañero y tomando el borde de la playera. Comenzó a retirarla lentamente rozando suavemente con sus dedos, de forma intensiónal, la delicada piel del contrario robándole uno que otro suspiro. Cuando se la quitó por completo la lanzó al suelo sin cuidado alguno y prosiguió a posar sus manos en los amplios hombros de Jin y las deslizó a lo largo de sus brazos, lo que le permitió apreciar cada músculo de la zona, hasta finalizar en sus manos tomándolas con cuidado, como si fuese el objeto mas delicado del mundo, atrayéndolo a la cama para que se recostaran como hace un rato lo estaban. Esperó a que él azabache se acomodara para poder colocar su cabeza sobre el pecho de éste, deleitándose de sus rítmicos palpitar como si hiciera una única y especial melodía para él, y con su diestra realizaba abstractas figuras sobre su torso.
— Jinnie, ¿recuerdas nuestra primera cita? —
— Cómo olvidarla kookie, fue una locura tras otra. — Soltó con su característica risa contagiando al menor que formó una sonrisa con sus finos labios rosa.
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♢ Crazy love Jinkook ~ Jinkook Chile ♢
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