Quise arrancarme la nostalgia del corazón
en uno de esos días de guitarra.
Acudí a la copa de un sauce llorón,
aunque fuese yo la que lloraba,
y consejo le pedí al viento más veloz.
Cerré los ojos, y oí como me gritaba
que cerrase ya el telón.
Que no ibas a aparecer tú entre las bambalinas.
Que hacía ya tiempo que se había acabado la función.
Vuelvo a mi cauce intentando mantener la cabeza fría,
convenciéndome que aquello no fue más que guiñol.
En tu mano era una marioneta.
Y a veces deseo que esto sea como Neruda dijo:
que este sea el último dolor que tú me causas
y éstos los últimos versos que yo te escribo.
Pero no voy a ser falsa.
Porque me matas con cada guiño.
Para mí esta función no está acabada.
ESTÁS LEYENDO
El poemario de Ele
PoetryUna continuación de mis poemas. Más que un simple libro, un diario. Mis emociones entre caracteres.