Capítulo único: Nota de suicidio.

327 46 5
                                    

Su ausencia le dolía en demasía, desde que se fue sus días eran tristes y muy pesados. Había comenzado a dejar cortes en sus brazos después de lo que pasó, para así tratar de hacer que doliera menos. Se dio cuenta que eso no servía, mas lo hizo demasiado tarde.
Su alma pedía a gritos salir de su cuerpo, quería librarse de todo por lo que estaba pasando.
Había perdido la noción del tiempo, ya no salía de su habitación, lo único que hacía era llorar hasta quedarse dormido. No le hacía bien y lo sabía perfectamente, pero ya nada le importaba.

Se destruía cada vez más y la tristeza que portaba encima no la quitaría con nada. Él era su pilar, ¿cómo saldría de todo esto si no lo tenía a su lado?

Estaba en su habitación, recostado en su cama, mirando un punto fijo en el techo, pensando una vez más en cómo quitarse la vida.
Lo haría, de eso no tenía dudas. Pero no tenía la fuerza ni el valor suficiente.

Soltó un suspiro pesado y se sentó en su cama. Miró su mesita de luz, en ella había una hoja totalmente en blanco y una lapicera de tinta negra. Hace días estaba planeando su nota de suicidio, pero no sabía por dónde empezar. Aunque esa no era una excusa válida.
Ya no perdería nada, porque no le quedaba nada.

Hajime era quien le daba sentido a su vida, y sin él, nada era lo mismo.

Sin ánimos de nada, agarró la hoja en blanco junto con la lapicera, y empezó a escribir.

Estoy cansado.

No puedo más con todo esto, siento que moriré de soledad y tristeza.
¿Cómo es posible que la persona que más amo, amé y amaré, sea la causa de mi depresión; que sea la única razón por la que decidí tomar el camino fácil? Lo siento, lo intenté... pero sin él, yo no puedo.

Todo es más triste, más gris, más sombrío. Todas mis sonrisas se convirtieron en lágrimas. No puedo parar de llorar, desde hace unas semanas todo es así. El Oikawa que todos conocían, se fue con Iwaizumi el día que nos dejó. Él era la única razón por la que era feliz y sé que hubiera deseado que después de su partida, yo siguiera con mi vida normal, pero, ¿por qué tengo que fingir que todo está bien cuando no es así? Estoy harto. No es lo mismo, nadie es como tú, Hajime... y nunca nadie lo será.

La felicidad que me daba ver una sonrisa suya, escuchar su voz o sentir sus caricias era infinita. Saber que nunca más podrán pasar esas cosas me hace mal. El vacío que siento en mi corazón es muy grande y sé que nunca, nadie, ni nada, podrá rellenarlo.

Si suicidarme me convierte en un cobarde... lo soy.

Soy un maldito cobarde porque estoy huyendo de vivir en un presente y un futuro donde Iwaizumi Hajime, el amor de mi vida, no está. Y me niego a aceptarlo.

Adiós.

Volvió a suspirar al terminar de escribir. Lo leyó repetidas veces, para estar seguro que no le faltó nada. Aún le aterraba la idea de suicidarse —incluso la palabra le causaba escalofríos—, pero no veía la luz al final del túnel y no lo haría sin su novio.

Sus pulmones se llenaron de humo, su hígado se destruyó con el alcohol, y sus brazos fueron su lienzo mientras que su navaja fue su pincel.

Miró hacia arriba, recordando la noticia que los médicos le habían dado tiempo atrás:

Se encontraba en la habitación de su novio, acompañándolo como lo hacía desde que había ingresado a ese lugar. Le hablaba sobre cosas triviales, sin estar seguro sobre si su pareja podía escucharlo. Aun así, mantuvo su esperanza, pronto su novio despertaría. Saldría del coma.

Nota de suicidio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora