•origen• the rake

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Fallen Trees era una comunidad tranquila rodeada de inmensos bosques, y una fauna abundante.

Vivía en aquel entonces con mis padres, con mi hermana pequeña y mis tíos yo apenas tenia 12 años no era un pueblo muy grande. Y tampoco teníamos mucho no había peligro alguno en el pueblo, mas que algunos animales, que se acercaban de vez en cuando.

Los ancianos de mi pueblo narraban historias acerca del bosque, de criaturas que lo protegían y también protegían a los habitantes del pueblo pero al igual que había criaturas buenas tan bien se encontraban leyendas de horribles demonios que acechaban los alrededores pero nunca se vio alguno en el pueblo.

Una mañana normal el pueblo se vio envuelto en una niebla gris y muy densa, uno no podía ver a través de tan densa niebla, al salir a la calle noté que la gente observaba algo al final de ella, en la entrada del pueblo se distinguía una figura que miraba hacia el pueblo fríamente, sus ojos brillaban con un fuerte color amarillo y podían verse en la niebla, me quedé observándolo con la multitud ya que nunca había visto nada igual, pero esa cosa o persona no se acercaba ni emitía ningún sonido.

Las personas le gritaban que se acercara y le preguntaban que si necesitaba ayuda, la persona no se movía y sólo nos miraba fijamente, después de un rato todos se cansaron de esperar respuesta alguna de esa persona, aunque el pueblo era pacífico los extraños no eran muy bien recibidos.

En los días posteriores la niebla seguía cubriendo el pueblo entero, aquella persona seguía parada en la entrada del pueblo sólo observando, nadie se atrevía a acercarse.

Esa tarde yo me acerqué lo más que pude para ofrecerle algo de ayuda para mi sorpresa la persona caminó hacia mí, sentí un fuerte escalofrió, porque no sé que clase de persona pueda hacer brillar sus ojos así, al acercarse lo suficiente a mí, logré distinguirlo, aquello no era una persona, pasó a un lado de mí y pude observar lo que era, una criatura de piel gris, estaba completamente desnudo y no tenia ningún rastro de pelo, arrastraba largos brazos por el suelo con garras tan largas como los mismos, sus pies emitían un extraño sonido al caminar, como si pisara hojas en cada paso, su boca parecía no tener fin, parecía tener una gran sonrisa que le llegaba a la parte trasera de la cabeza, dientes amarillos y largos que sobresalían de su boca y sólo emitía un sonido como si intentara hablar, su boca parecía el hocico de un perro.

La criatura solamente permaneció en el bosque observando a las personas desde los arbustos, pasaban las semanas y la gente se sentía incómoda por esa mirada, le daban comida ya sea carne, vegetales, pan, todo lo que pudiese comer, pero a pesar de eso, no le prestaba atención a la comida, sólo seguía observando como si fuese a matar a alguna persona desde los arbustos.

La gente inquieta por la presencia de la criatura, recurrieron al sacerdote de la comunidad, creían que se trataba de un demonio e intentaron que el sacerdote alejara con oraciones y bendiciendo el pueblo, los ancianos decían que de nada serviría, que aquello no era un demonio, ni siquiera pertenecía a este mundo, aún así la gente decidió intentarlo, el sacerdote purificó el pueblo y parecía que la criatura se había ido al fin, pero en mi opinión eso sólo le molestó, ahora la criatura estaba más cerca del pueblo, miraba por las ventanas de la gente en pleno día, mientras querían comer, los observaba dormir en las noches, decían que subía a los tejados e intentaba entrar en las casas, destrozaba algunos cultivos con sus grandes garras, tiraba la ropa de la gente, y decían que de vez en cuando entraba a la iglesia del pueblo y tiraba las bancas.

El pueblo estaba siendo consumido por el miedo, la niebla no se disipaba, todo era confuso.

Le preguntaba a los ancianos qué era esa criatura, ellos sólo me decían que no debía molestarlo y que por extraño que pareciera, nosotros no podíamos entender lo que él decía, pero los niños pequeños podían comunicarse con él.
Un día encontraron el cuerpo del sacerdote en las cercanías del bosque, no pude ver el cuerpo pero mi padre decía que había sido clavado en un árbol, tenia grandes heridas en su cuerpo, como si le hubiesen enterrado unas enormes garras, y su rostro había sido destrozado.

La gente entró en pánico y muchos abandonaron el pueblo después de eso, a la semana una persona era asesinada, en el funeral de la persona, aquella criatura miraba el entierro desde lejos, lo que mantenía el miedo en los habitantes, se decía que visitaba sus tumbas en el anochecer y dormía encima de ellas, la gente exigía justicia, pero las autoridades del pueblo no querían ni acercarse a la criatura.

En el pueblo los rumores se decían cada vez mas, decían que un niño se había comunicado con la criatura y que le había dicho que este lugar le pertenecía, ahora cada vez más gente desaparecía, cada vez se encontraban mas cuerpos clavados en arboles y con el rostro destrozado, la gente se negaba a abandonar el pueblo, pero el miedo no los dejaba vivir, fue hasta que encontraron el cuerpo de algunos niños, clavados en los arboles de la misma manera.

La presión y la histeria se apodero completamente de la gente, un día toda la gente del pueblo, se reunió en la plaza principal, convocados por los fanáticos religiosos y los sacerdotes, diciendo que el diablo no se apoderaría del pueblo, que debían matar a la criatura, toda la gente se armó con lo que tuvieran a la mano y fueron a buscar a la criatura, entre la multitud estaba mi padre y mis tíos, los cuales no me dejaron ir, solamente esperé en casa.

Al llegar la noche, esa gente que se había adentrado en el bosque no regresaba, preocupado salí a la calle a esperar a mi padre, me senté en la calle, deseando encontrar cualquier sonido o rastro de mi padre, en ese momento escuché un grito que venia del interior de mi casa, me levanté rápidamente porque sabía que se trataba de mi madre...

Al entrar, esa criatura estaba frente a mí, mi hermana pequeña estaba a su lado, sólo me miraba fijamente, pensaba "¿Si él esta aquí, dónde esta toda esa gente, dónde esta mi padre?", la criatura estaba envuelta en sangre, en ese momento pensé lo peor.

Mi hermana me tomó de la mano y me susurró en el oído:

-Él quiere que nos vayamos de aquí o nos matará, dice que este lugar es suyo.

La criatura me pasó por un lado y se dirigió al bosque nuevamente.

Horas más tarde mi padre había regresado a casa, me llené de felicidad sólo de verlo regresar a casa, cuando corrí a abrazarle mi padre me miró fríamente y preocupado me dijo:

-Empaca tus cosas nos vamos de aquí..

Al día siguiente salimos del pueblo dejando nuestra vida nuestro pueblo y nuestra casa atrás, las campanas de la iglesia resonaban en la niebla mientras me alejaba del pueblo, antes de salir observé a la distancia aquellos ojos amarillos, aquellos brillantes ojos que me observaban como si se despidieran de mí, mi padre jamás mencionó que fue lo que encontró en el bosque, jamás dijo nada al respecto.

Dicen que aún está en ese pueblo fantasma, esperando mientras que en la niebla sólo se ven esos ojos amarillos, cada noche desde aquel día cuando voy a dormir parece que puedo ver en la oscuridad esos ojos nuevamente ese pálido cuerpo acercándose lentamente a mí, esas garras tocando mi rostro y violándome nuevamente...

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