Capítulo Único.

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El sol asomó por la ventana y Star abrió los ojos con pesadez, el brazo de Marco seguía encima de ella protegiéndola.

Anoche no había sido precisamente una noche de sueño reparador, Star se encontraba exaltada gritando, sudorosa y con las mejillas empapadas, Marco abrió la puerta de su habitación y la tomó de las muñecas intentando tranquilizarla.

—¡Soy yo, Star! ¡Soy yo! ¡Marco!—Star sin saberlo lo golpeaba aún dormida y llorando.

—¡No! ¡Por favor, no!

—¡Star!

La rubia abrió los ojos de golpe, miró a Marco con el ceño fruncido de tristeza.

—Marco...estás...estás bien...—dijo con evidente sorpresa y alivio.

Lo abrazó por la cintura sin parar de sollozar, Marco siseó con dulzura mientras acariciaba su cabello, éste tipo de pesadillas habían sido bastante recurrentes que empezaban a preocuparlo.

—Está bien, Star—susurró—. Estoy aquí...

—Toffe te mató justo en frente de mi, Marco...—dijo entre llanto—y a mis padres, no pude hacer nada...

—Fue sólo un sueño, Star...ya todo pasó, estoy aquí...

El olor de Marco la tranquilizaba junto con el sutil movimiento de su cuerpo acunándola, él era más grande que ella, ya no era un niño flacucho, su cuerpo había cambiado, su voz era más profunda, sus brazos más anchos y del tamaño acorde a su altura que no era para nada baja.

En cambio Star, seguía siendo la misma chica explosiva y colorida de siempre, feliz e impulsiva. Más curvilínea, alta y seguía teniendo esa mirada dulce que Marco amaba en no tan secreto.

—¿Puedes quedarte, Marco?...

—Sí puedo, pequeña.

Star se acomodo en el pecho de Marco, mientras que él aún acariciaba su cabello, la rubia seguía mojando sus mejillas con pequeñas lágrimas delatadoras.

—¿Podrías contarme una historia?...

—¿Cómo qué?

—De lo que quieras...

—Una vez, de pequeño...jugaba al fútbol con mis primos en una reunión familiar—la voz de Marco era rasposa y varonil, en susurro se oía embargado de seguridad y dulzura, como en lo que él se había convertido—. Raúl, que es el primo más grande, me quitó la pelota pero me tiró al suelo. Claro, él no lo quiso hacer, pero los demás se rieron de mi y de mis rodillas y manos raspadas. Entre a la casa mientras mis padres y tíos cocinaban en el patio y me senté en uno de los muebles intentando no llorar...en serio me dolían las rodillas, Star—está rió junto con él con ternura al imaginarse a un Marco pequeño y flacucho cayendo de bruces contra el suelo—. Papá se sentó a mi lado y me miró mientras me mostraba una cicatriz en su pierna.

—¿Alguna vez te conté cómo me hice ésta cicatriz?—dijo Marco imitando a su padre con gracia—. Me caí de un árbol a tu edad por impresionar a mis amigos—Marco quedó pensativo—. Luego de eso me dijo que no estaba mal sentirse triste o avergonzado, ni estaba mal llorar.

Marco subió por la barbilla el rostro de Star para mirarla a los ojos.

—No te averguences, está bien ser fuerte. Tú eres la persona más fuerte que conozco, pero no reprimas tus dolores y tus miedos...—Marco sonrió—menos cuando me tienes a mi.

Star lo miró con dulzura, el moreno limpió con su pulgar libre sus mejillas mojadas donde estaban sus corazones y se acercó a ella.

—Aquí estoy, Star...Jamás me iré...

Star unió sus labios, los de él eran algo ásperos pero no dejaban de ser besables mientras que los de ella eran esponjosos y carnosos.

Se dejaron llevar, Star pasó una mano por el cabello de Marco y éste la tomó de la cintura mientras iba bajando hasta su pierna para subirla a su cadera. Su beso era suave y delicado, Marco suspiraba con un poco de dificultad y sólo quería seguir tocando su suave y tersa piel.

La rubia subió su camisa, dejando al descubierto la morena y entrenada espalda de Marco, este mordisqueó la quijada de Star para pasar a su cuello y besarlo.

—Te quiero, Marco...

—Y yo a ti, Star...

Marco acarició con el pulgar el abdomen de Star, pasó de nuevo a sus labios y lo mordió con lentitud, la observó y se dio cuenta que era hermosa donde fuese y como sea. Aún es shorts de pijama y una camisa robada de su closet se veía preciosa, con su cabellera rubia y larga algo enmarañada, sus ojos de color cielo...

—¿Qué?...—preguntó Star a mitad de una sonrisa.

—Nada, sólo te miraba...Hacia tiempo que quería besarte—dijo con timbre bajo en su mandíbula acariciándola con la nariz.

Star lo besó de nuevo y con discreción bajo su shorts, Marco terminó el trabajo deshaciéndose de ellos por sus delgados tobillos, acarició sus largas piernas y ella suspiró.

—Marco...

Este besó su abdomen bajo y subió sin parar de besarla hasta volver a si cuello.

—¿Estás segura que estás lista, pequeña?

Star mordió su labio inferior, algo de ella estaba plenamente segura, pero otra parte le decía que aún no era el momento y menos en ésta situación de guerra otra vez.

—No...

Marco sonrió, él lo sabía. Claro que quería continuar, pero Star no estaba lista y deseaba que ella también disfrutara y que fuera algo especial para ambos.

—Lo siento...

—Está bien, tonta...Igual no me iré.

Star sonrió en agradecimiento aún sonrosada y agitada por lo que acababa de pasar.

—¿Puedes abrazarme?

—Claro que sí, todo lo que quieras.

—Te quiero, Marco...—dijo doblando las piernas junto a las de él.

—Yo mucho más...

Star se volteó hasta estar de cara a Marco, aún seguía dormido, su pelo revuelto y los labios abiertos, su piel morena tersa con el lunarcito saludándola, sonrió. Besó su mejilla y éste le dio una medio sonrisa.

—Hola...—ronroneó.

—Hola, caballero.

—¿Te sientes mejor?—la apegó a su cuerpo por la cintura.

—Mucho mejor...estabas aquí conmigo.

—Creo que entonces tendré que dormir contigo...

Star le sonrió y besó la punta de su nariz.

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2017 ⏰

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Aquí Estoy, Star {Nightmare} OneShot~SVTFOE💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora