Cap 2

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Unas cuantas gotas empezaron a caer en mi rostro, no me di de cuenta cuando fue que el cielo se lleno de nubes oscuras y solo dejó un recuerdo de el hermoso sol de antes.

Ambas aves alzaron el vuelo cuando empezó a llover, dejando sola y con una extraña sensación de vacío, como si los necesitará conmigo y verlos partir me partío el alma.

Luego de unos minutos mirando el lugar del cielo donde desaparecieron, fue que entre en razón y note que las gotas de agua ya no lo eran y el agua caía del cielo a una gran velocidad y a gran cantidad, mi ropa ya estaba empapada y que decir de mi cabello lleno de lodo, al igual que mi ropa, corrí de regreso a la que ahora es mi casa

Deje las marcas de la suela de mi zapato en el suelo, eso sin duda me haría merecedora de una buena regañada.

Al abrir la puerta de casa no me espere ver a mis padres y mi hermano sentados juntos en la sala, esperando mi llegaba.

- dios, adelina casi nos matas del susto, - dijo mi madre entre lágrimas y gritos - como se te ocurre irte por tanto tiempo sin decir nada, este pueblo es nuevo para todos, sabes lo fácil que es que te pierdas, da gracias al cielo que no voy a castigar. - mi padre tenía su misma mirada de preocupación mezclada con enojo pero el no estaba llorando, lucas en cambio solo me miraba seriamente y no avía ni rastros de amanda

- yo... lo siento, no era mi intención preocuparnos, solo se me fue el tiempo y no me di cuenta cuanto tiempo llevaba en el bosque - dije con la cabeza baja, no me gustaba ver a mi padre cuando se enojaba.

- en el bosque! - grito mi madre - pero que hacías en el bosque, te pudo haber comido un oso o algo, esto no el la ciudad aquí hay todo tipo de fauna salvaje que están más que dispuestos a comerte, no vuelvas a andar sola por el bosque.

- bien, lo prometo.
- como fue que pásate las últimas 3 horas en el bosque y ningun animal te comió? - preguntó lucas.

Tres horas, yo sabía que había pasado más tiempo del debido con los búhos pero nunca imagine que habían sido tres horas, mi caminata asta el tronco fue de menos de 5 minutos y el tiempo que vi a las aves en el cielo como unos 10, entonces había pasado el resto del tiempo mirando a las búhos! Como era eso posible?

- ve a bañarte, y duerme temprano mañana tienes clases. - dijo me madre ignorando la estúpida pregunta de lucas

- bien - pase a lado de mi papá el cual no me dijo nada, y mi hermano demasiado sobreprotector, solo me siguió con la mirada mientras subía por las escaleras.

El cuarto que compartía con mi hermana era lo suficientemente grande para ambas pero, con su mal humor y aura de enojo que tenía se sintió como si en el cuatro no cupiera ni un alma más que ella.

- amanda...

- cállate, no quiero hablar con nadie y menos contigo.

Ya había pasado un mes desde que volvió de la clínica de rehabilitación y no cambiaba su aptitud, pero su enojo era mucho más fuerte hacia mi, ya que yo había sido la que descubrió su adicción y se lo dijo a mis padres.
La amanda de antes era dulce, inteligente y delicada pero desde que se ingreso en esa escuela era otra, eso aumento mis sospechas de que algo estaba mal y un día la vi comprando drogas con uno de sus amigos a un vendedor cerca del parque.

Mis padres la internaron en una clínica inmediatamente y perdió el resto del año escolar, ahora tendríamos que ir en la misma clase y eso le molestaba aun más.

-bien solo te quería decir que.... Sabes no tiene caso- desde que regreso llevo pidiéndole perdón cada vez que la veo pero ya me harté .

Si ella quiere seguír enojada ya no iba a seguirle el juego.

Luego de ducharme y ponerme la pijama me fui a la cama, mañana tendría un largo día en una escuela nueva.

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- despierta, Adriana. - escuchar la voz de lucas como despertador era nuevo, normalmente era mi mamá la que me levantaba.

-mm.. No.

-bueno si no te despiertas te vas a pie.

- ahg ya voy.

- bien.

Cuando por fin abrí los ojos, lo primero que note es que mi hermana ya se avía levantado y su cama estaba vacía.
Me baje de la cama para empezar a caminar hasta  el baño, el cual estaba milagrosamente desocupado.
Me limpie la cara y ya disiendole adiós al sueño me mire en el espejo.
Se podría decir que es como uno de mis rituales al despertar, me miro en el espejo y memorizo cada rareza se mi cuerpo.
Mi pálida piel, mi cabello anaranjado, mi ojo izquierdo azul y mi ojo derecho ámbar y el lunar en forma de luna en mi pecho.
Nadie en mi familia tenía estas características, creo que me atrevo a decir que nadie en el mundo las comparte todas.

Con un leve suspiro me alejo del espejo y me comienzo a desvestir notando otra rareza de mi cuerpo, líneas negras que recorren ambos costados de mi vientre, son muchas líneas que se mezclan entre sí y luego las líneas de ambos costados suben y se unen en lo bajo mi cuello, estas aparecieron cuando tenia 12 y desde encontonces no dejo que nadie las vea , ni mis padres saben de ellas.

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