"And all the ones that love me they just left me on the shelf, no farewell.
So before I save someone else, I've got to save myself."- Save Myself, Ed Sheeran.
Ruedo mis ojos.
Debe ser la cuarta vez en diez minutos que lo hago.
Desde que vivo aquí lo hago más a menudo, casi todo el tiempo, a decir verdad.
En casa no lo hacía porque mi papa lo odiaba, también odiaba las "comillas".
Bianca, mi madre, me mira casi enojada. Digo casi, porque ella no se atreve a enojarse conmigo, creo que tiene miedo de que explote si se enoja. Debería saber que no esta en mis planes hacerlo, porque aparte de monosílabos, no le dirijo la palabra, y trato de comunicarme lo menos posible con su perfecta y dorada familia, dorada como solía ser la mía. Hasta aquel día de mierda.
Podría empezar hablando de Mike, la razón por la cual ruedo mucho los ojos, el hijo mayor, que tiene mi edad, las mejores notas del mundo y un problema grande con las drogas. Aunque nadie lo sabe, nadie puede saberlo. Es más, yo no lo sabría si no fuera porque un día llego demasiado drogado como para siquiera recordar su segundo nombre, el cual supongo que tiene.
Le sigue Javi, de catorce años y es tan insoportable que a veces me dan ganas de haber muerto en ese incendio para no tener que soportarlo, esta bien, siempre me dan ganas de haber muerto ahí, pero eso no viene al caso.
Cassidy, de cuatro años, es la mas pequeña y si me gustaran los chicos y ella no fuera hija de Bianca, la adoraría, es muy dulce y curiosa, claro, que también es rubia, como sus hermanos, Tanto los vivos, como los muertos.
Porque si, mis hermanos y yo éramos rubios. Y digo éramos, porque el fuego incendió todo mi cabello hasta dejarlo negro y espeso como el carbon.
Un pie golpea mi pierna, giro la cabeza y es Javi.
-¿Qué?
-Mi mamá te esta hablando.
Ni siquiera le digo que también es mía, porque no lo es.Pero tampoco es la suya, teniendo en cuenta que Mike y Javi son hijos de Billy, el marido ingeniero de Bianca.
A los ojos de los demas, parecen la familia rubia y perfecta, pero esta llenos de grietas y secretos sucios, que hasta no me sorprendería que ellos fueran hijos de Bianca, aunque sé que no lo son.
Solo Cassidy y yo tendriamos derecho a llamarla de esa manera, pero de mi parte, ella no se lo merece.
Miro hacia Bianca, quien me devuelve la mirada, tratando de controlar su enojo.
-Te he dicho que no hagas más eso, Au.
Au. Ese es mi nuevo apodo, como si quisiera eliminar la parte que recuerda mi accidente. La verdad es que odio ese apodo de mierda, ella no tiene derecho a decidir como me voy a llamar en esta nueva sociedad, en este nuevo barrio. Mi nombre es Burnt, y preferiría que quede así.
Pero no le peleo, ni le digo que me deje de llamar así ni que Mike estaba haciendo comentarios machistas, porque sé que ella no le dirá nada a su perfecto hijo, por miedo a que eso le moleste a su perfecto marido y arruine su perfecta noche, ya bastante con que me trajo hasta aquí, cierto?
-Lo siento, Bianca.
-Mama- me corrige.
-Claro.
Pero no le digo así, no lo merece.
Todo queda en un silencio al cual podría llamar tenso, pero no me molesta. Desde hace poco que soy amiga del silencio, pero eso no significa que no lo disfrute.
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Burnt
Romance"No escondas tus cicatrices, querida. No porque crea que son lindas, sino porque son preferibles ellas, a las que escondes en tu corazón.- Burnt" Han pasado exactamente seis meses y tres días desde que la vida de Auburn Kane se desmoronó. Desde el...