Se sentía frustrado, solo quería llegar a su mansión y disfrutar las caricias, de aquella pequeña sirvienta suya.
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- Lila, dile a Rose que valla inmediatamente a mi oficina y que no me molesten en toda la noche. - decía a su ama de llaves.
- como usted, diga señor. - respondio la castaña.
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- me llamo señor - decía la pequeña rubia, mientras su jefe acentia y le indicaba que se acercara.
- Rose, mi pequeña Rose, sabes que estando solos me puedes llamar por mi nombre. -
- disculpa Kim, pero recuerda que soy tú sirvienta -
- por ahora, pero ya lo decidí, te amo y mañana anunciare que me quiero casar contigo. - tras decir eso, se arrodillo y mostrándole una cajita con un hermoso anillo en su interior, pregunto - Rose, te casarías conmigo? -
La respuesta fue afirmativa, tras eso le coloco el anillo y la beso, un beso suave, que subió de ritmo cuando el introdujo su lengua, en el interior de su boca.
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La ropa ya había desaparecido y lentamente las manos de Kim, acariciaban la delicada piel de su futura esposa.
- Kim, se amable. - Kim, levantó a Rose y la sentó en su escritorio.
Las enormes manos de Kim, recorrían el firme trasero de Rose, la cual besaba los labios de su amante. Lentamente los labios de Kim vagaron por el cuello de rose.
- si Kim, sigue así. - decía con una voz de excitación, Kim recostó a Rose en su escritorio, votando papeles, plumas y demás al suelo.
Rose abrió las piernas dejando ver su intimidad en plenitud, el pene de Kim lentamente se introducía, mientras sentía, como las paredes vaginales se moldeaban a su miembro.
- oh, Rose se siente tan cálido tu interior, Dios eres perfecta. - decía mientras embestía su interior, mientras los pequeños pechos de la rubia se movían al compás.
Kim no aguantando la tentación, capturo uno de los rosados pezones de los pequeños pechos de su acompañante. Rose solo podía gemir de placer, mientras enterraba sus uñas en la piel de la espalda de su amante.
Kim, sin sacar su miembro del interior de Rose, la volteó y la puso en cuatro, lo que excitó aun mas a Rose y así Kim podía masajear, el hinchado clítoris de esta.
Luego de eso la volvió a voltear, pero este vez coló ambas piernas de Rose, por sobre sus hombros, por lo cual cuál Rose podía sentir el pene de Kim, dentranto y saliendo de su útero.
Rayos, ya habían perdido la cuenta de cuantas horas han estado teniendo sexo, hicieron todas las poses.
Rose, sentía su vientre explotar, de tantas veces que Kim se había corrido dentro de ella, y ahora ella tenia sus piernas en su cintura mientras su espalda estaba pegada, al muro de esa habitacion.
Kim sentía que pronto acabaría, Rose apretó mas el miembro de su amante el cual se hincho, antes de dejar salir su semilla en su interior.
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Rayos, nadie podía creer aun que el antiguo deportista, ahora empresario codiciado, presentara a una de sus sirvientas como futura esposa y madre de su futuro primer hijo.
