Cada día es lo mismo.
Me levanto, me quedo mirando a la nada durante unos minutos, le echo un vistazo al móvil y voy al baño para realizar las primeras necesidades del día.
Después de asearme, peinarme y vestirme, cojo mi mochila y voy al salón, para tener un desayuno de lo más tranquilo y silencioso; porque mis padres como siempre... no están.
Nunca falla, desde que cumplí los 7 años mis padres no han tenido tiempo alguno para estar en casa, ya que los dos pertenecen a una de las empresas más grandes de Japón, y he tenido que aprender valerme a por mí misma desde muy pequeña, aunque la verdad es que no me molesta, ahora gracias a ello soy más independiente que cualquier chica o chico de mi edad. A mis padres siempre les ha importado mucho más su propio trabajo que la familia, aunque sus excusas siempre han sido: "Lo hacemos por tu bien, para que seas una niña independiente y tengas un futuro asegurado", vaya estupidez.
Mientras desayuno, me pongo a pensar en lo que voy a hacer ese día; después de las clases seguramente vaya al club de música y luego vuelvo a casa. Podría quedar con algunos amigos, pero son mayores, van a la Universidad y obviamente están más ocupados que yo.
Por cierto, se me olvidaba, voy a 3º de Preparatoria, por lo que me queda terminar este curso y podré acceder a los exámenes de la Universidad más asequible que haya en Japón, porque aunque en mi casa haya buenos ingresos, tampoco es que sea la chica con las mejores notas...
Bueno, dejo de enrollarme, que aún no termino ni de desayunar.
Escuela preparatoria Fujisawa, club de música, 17:30 de la tarde.
Me senté en el taburete perteneciente al piano del club y estiré mis manos. Lo único en el mundo que podía tranquilizarme después de una jornada intensiva de estudios era tocar el piano, mi única y preciada pasión.
Puse los dedos sobre las teclas y... no funcionaba. Me extrañé mucho y estuve pulsando las teclas bastante rato, hasta que sentí el aliento de alguien muy cerca mío.
—Yashiro~ —Escuché la voz cantarina de mi mejor amiga justo al lado de mi oreja.— ¿Te das cuenta de que no has encendido el piano?
—¡¿Sakura?! ¡Maldita sea! —Pegué un bote del susto y por poco me caigo del taburete.— ¡Deja de burlarte de mí!
—¿Has dormido bien? —Ladeó la cabeza, con su típica sonrisa.
—¿Cuándo he dormido bien yo? —Estaba bastante roja de la vergüenza.
—Tranquilízate mujer, un error lo comete cualquiera. —Me puso las manos en los hombros.
—Ya... —Encendí el piano.
No dijo nada más, tan solo se rió tiernamente.
—A propósito, ¿qué querías?—Intenté sonar lo menos borde posible.—Antes de que me interrumpieses, me disponía a tocar el piano.
—Claro claro, sin encenderlo. —Una vez más se burló de mí.—¿Has vuelto a tener esas pesadillas que me contaste?
Ah, cierto, casi no me acordaba...
Desde hace unos días estoy teniendo una especie de pesadillas recurrentes. Son discusiones: una chica peleándose con sus padres, escapándose de casa y no sé qué más. La verdad es que cuando me levanto se me olvidan la mitad de las cosas, pero de lo que me acuerdo se lo cuento a Sakura, ya que es la persona con la que más confianza tengo.
—No, ya sabes que si sueño algo de eso te lo cuento nada más despertarme.
—Ya, pero sabiendo como eres de olvidadiza...
Y otra vez se burla de mí. ¿Qué he hecho yo para merecerme esto?
En fin...
Casa de los padres de Yashiro, 18:30 de la tarde.
Llegué a casa antes de lo previsto, creía que iba a tocar el piano por un buen rato, pero con Sakura a mi lado dándome la lata... era imposible.
Así que aquí estoy, de nuevo al punto de partida, como dije al principio, todos mis días son iguales, nada cambia.
Ojalá cambiase algo...
Mismo lugar, 21:00 de la noche.
Estaba lavándome los dientes en el cuarto de baño de mi habitación, había terminado de cenar hace nada y estaba a punto de irme a dormir. Cuando terminé, me enjuagué y salí del baño, para tirarme a la cama y sentirme como un pájaro en su nido.
Al cerrar los ojos, me fundí en un profundo sueño.
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¡Vosotros no comprendéis nada!
Dejadme en paz...
Os odio, ¡os odio!
Se oían risas
Por favor, ¡queremos ayudarte! Tu madre y yo estamos muy preocupados por ti, M...
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Y desperté.
Otra vez ese maldito sueño... el mismo que el de la otra vez.
Será mejor que se lo cuente a Sakura...
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Reencarnación de una melodía
Teen FictionYashiro, una adolescente de 17 años, se encuentra sola en un mar lleno de recuerdos, que ni ella misma conoce. No sabe el por qué de esas pesadillas que la atormentan, pero tiene que hacer "algo" para calmar esa incertidumbre que desde siempre la ha...