Last Christmas • jb [o.s]

Dos; 2016

Justin dirigió su vista hacia la ventana de su habitación, que daba a la de su mejor amiga —o ex mejor amiga— y soltó un suspiro. Hoy hacía exactamente un año desde que se acostaron por primera y última vez, provocando el caos del día siguiente.

Un nuevo suspiro se escapó de los labios de Justin al recordarlo todo, a la vez que tomaba asiento en la cama.

—Chicos, yo no vuelvo con vosotros —dijo Leah sorprendiéndoles a ambos.

—¿Y eso? —Le preguntó Nicole entre extrañada y temerosa.

La verdad es que no le hacía demasiada ilusión quedarse a solas con Justin. Desde la noche anterior las cosas habían estado bastante raras entre ellos dos; cuando había despertado Justin ya no estaba en su cama y a lo largo de la tarde —se habían despertado pasada la una— apenas habían hablado.

—Mis padres están en casa de mis tíos y me pilla mejor que me lleve Ryan. —Señaló a su amigo.

—Oh... está bien. —Asintió.

—Nos vemos antes de irnos, ¿vale? —Se acercó a ella y besó su mejilla sonoramente.

—Claro. —Nicole esbozó una pequeña sonrisa.

—Adiós Justin. —Se abrazó a él.

Tras la despedida de Ryan también ambos salieron de allí, dejándolos solos. Además de Nate eran los únicos que quedaban en la casa, ya que las gemelas habían sido las primeras en irse, y su amigo se encontraba en la cocina hablando con su madre por teléfono.

—Ummm... ¿Lo tienes todo listo? —Le preguntó Justin.

—Sí, lo he recogido antes. —Hizo un gesto con su cabeza, señalando la mochila que reposaba sobre el sofá.

—Bien, entonces despidámonos de Nate.

Ambos se dirigieron hacia la cocina, donde su amigo seguía hablando por teléfono.

—Tío —Justin llamó su atención hablando en voz baja—, nosotros nos vamos ya también.

Él asintió y se acercó a ellos para chocar su mano con la de Justin y darle un corto abrazo a Nicole.

—Nos vemos pronto. —Les guiñó un ojo antes de volver a prestar atención a lo que su madre lo decía.

En silencio los dos salieron de la casa y se metieron en el coche del chico. En cuanto arrancó Justin encendió la radio porque se veía venir que todo el viaje iba a ser así y no estaba equivocado. Él se mantuvo atento a la carretera mientras que Nicole miraba por la ventanilla o se entretenía revisando sus redes sociales, cualquier cosa era válida antes que mirar a Justin.

Algo menos de veinte minutos después Justin detuvo su coche, aparcándolo en el camino que llevaba al garaje de su casa.

—Gracias por traerme —murmuró ella con la mano ya sobre la manilla, dispuesta a abrir la puerta.

Sin embargo, Justin reaccionó a tiempo y agarró su muñeca para detenerla.

—Nikki, ¿podemos hablar? —Le pidió con voz suave, intentando ser lo más delicado posible.

—¿De qué? —preguntó ella aún sin mirarle.

—Sabes de sobras de qué quiero hablar.

Ella suspiró y se volvió hacia él, atreviéndose al fin a mirarle.

—Adelante. —Le animó a empezar.