Capitulo 1. El cambio.

5 0 0
                                    

Narra Isabel

Hoy es un día como cualquier otro, desperté gracias a mí alarma para ir al colegio, cuando conseguí levantarme de la cama, camine hacia el baño para poder darme una ducha con agua caliente, era demasiado temprano y hacia frío pero no me importó, yo realmente necesitaba una ducha.
Camine a mí habitación y saqué un conjunto de ropa bastante normal, unos vaqueros azul obscuro, una blusa negra con una frase en inglés y unos vans tintos, dejé mi cabello suelto y utilice solo un poco de maquillaje para tapar las grandes ojeras que tenía hoy.
Cuando baje mis abuelos estaban en la cocina y mi abuela Martha estaba preparando el desayuno, unos huevos revueltos con jugo de naranja, nada nuevo.

-Hola, ¿Cómo amanecieron?.
-Muy bien Isa, ¿Lista para la escuela hoy?.- pregunto mi abuelo con una sonrisa.
-Supongo que sí, gracias.- dije devolviéndole la sonrisa y comiendo mi desayuno.
Unos minutos después terminé y me di cuenta de que iba demasiado tarde, solo me despedí de mis abuelos y salí casi corriendo por la puerta principal, tenía demasiados nervios ya que era mi primer día en la preparatoria.

Llegue al salón que me tocaba ya que minutos antes entre al equivocado provocando la risa de los alumnos que ahí se encontraban, solo quería que me tragara la tierra en ese instante. Toque la puerta e hice que la maestra me mirara, por dios lucía muy mal, ya saben era como la típica maestra gruñona de las películas, usaba unos horribles lentes puntiagudos y sus arrugas provocaban que en su rostro se reflejará una gran amargura, repugnante.

-¿Se le ofrece algo señorita?.-dijo con un tono molesto mientras todos me miraban y aguantaban la risa, vergonzoso.
-Emm pues, este es mi salón, ¿Puedo pasar?.-dije nerviosa mientras una gota de sudor caía por mi frente.

La maestra me examinó de pies a cabeza y observo su reloj para después voltear a verme a mí.

-10 minutos tarde señorita.-Dijo de nuevo con ese desagradable tono de voz.
-Si, lo sé, lo siento es solo que se me hizo tarde y además me equivoqué de salón.-dije nerviosa mientras todos seguían mirándome.
Al fondo del salón se escuchó una voz que rompió el silencio “¡Perdedora!" Y ahí todos rompieron en carcajadas e incluso no sé porqué a mí me dio gracia lo que dijeron y sonreí. La maestra me miró por última vez y volvió la vista a la pizzara.

-Pasa.-dijo por fin.
-Muchas gracias.- dije mientras entraba casi corriendo a buscar algún lugar vacío.

Estaba tratando de encontrar uno con la vista cuando la misma voz de hace un momento me llamo.

-¡Hey!.-escuche y gire mi vista para encontrarme con un chico rubio de ojos color miel.
Camine hacia el y me senté en la banca vacía a su lado.

-Mi nombre es isabel.-dije mientras lo veía sonriendo.
-Ian.-me contesto de la misma manera.
-¡Jóvenes! Guarden silencio, bien ahora sí como pueden ver, en la pizzara esta mi nombre y los temas que veremos en mi materia, les daré matemáticas durante su primer año aquí...

Estaba hablando cuando tocaron la puerta para dar un aviso, realmente no escuché bien pero la maestra se veía un poco desesperada, Ian y yo nos miramos sin decir nada.

-Muy bien, al parecer algo está sucediendo por lo que nos informaron que debemos mantenernos aquí dentro y no salir para nada, al parecer las personas se volvieron un poco locas y están tratando de morder y comerse a otras personas.-dijo de manera muy nerviosa mientras le temblaba la voz.

Ian y yo habíamos estado hablando la última media hora ya que la clase fue suspendida, al parecer no vive muy lejos de mi casa pero creo que el hecho de no conocerlo se debe a que realmente yo no salgo mucho, vive con su papá ya que su mamá murió hace ya unos años, algo en común conmigo.

-Oye Ian ya me harté aqui adentro, ¿Salimos al patio? De igual manera la maestra salió al baño.
-Claro vamos.

Tomamos nuestras mochilas y salimos, todos nos miraron raro ya que teníamos prohibido si quiera salir del salón, pero eso no nos importo realmente.
Caminamos hasta una pared en la parte de atrás que realmente era muy bajita, yo tenía demasiada curiosidad así que pedí ayuda a Ian.

-Hey ayúdame a escalar.
-¿Saldrás?.
-No, solo quiero ver qué pasa allá afuera, se escuchan gritos y al parecer tambien disparos.
-Bien pero con cuidado.
-Si, solo me asómare un poco.

Ian me levanto y yo me ayude con las manos para sujetarme de la parte superior de la pared, cuando por fin pude ver algo, desee no haberme subido, desee no haber salido siquiera del salón. Personas comiendo personas policías disparándoles, en ese momento solo pensé una cosa, mis abuelos, e inevitablemente una lágrima cayó por mi mejilla.

Bien aquí está el primer capítulo, espero que les guste mucho y gracias por leer. ❤

-

Enemigos (carl grimes) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora