Capítulo Uno

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Suspiraste y te remangaste la chaqueta que solías llevar en casa y miraste con atención el documento que te acababan de pasar por correo, eran algo así como unas recetas para un libro de cocina pero en fin, algo es algo. Te acomodaste en la silla de tu escritorio y comenzaste a teclear como loca, traduciendo todo el texto de inglés a español y de vez en cuando mirando algunas expresiones o palabras que no estabas segura de su significado.

Al cabo de dos horas y pico ya habías avanzado bastante y decidiste tomar un descanso, guardaste el trabajo que llevabas como de costumbre, pues no sería la primera vez que por un descuido se te borra todo, y bostezando te dirigiste al baño.

Por el camino pudiste ver la hora en el reloj de tu cuarto, las 21:43. Encogiste los hombros y seguiste con tu camino.

  — ¡Edgar! — Llamaste con un tono amoroso y pudiste escuchar el sonido de unas patitas en el apartamento. — ¿Dónde está mi bebé precioso? — Dijiste con un tono infantil.

A los segundos un pequeño pug beige se lanzó a tus brazos moviendo la cola con felicidad, pudiste notar que tenía el hocico un poco aplastado y estaba muy calentito.

— Holgazán, ¿estabas durmiendo otra vez, verdad? — Le recriminaste en broma mientras jugueteabas con él y este se revolvía en tu regazo feliz haciendo esos soniditos tan cuquis que te recordaban a un cerdo. 

Reíste por lo adorable que era y te levantaste del suelo para ir a coger tus cosas de aseo.

  — He trabajado mucho hoy, me merezco un descanso... ¿No? — Miraste a Edgar y este inclinó la cabeza hacia un lado, lo acariciaste recibiendo varios lametones y te dispusiste a llenar la bañera. Abriste el agua caliente y echaste algunas sales y cosas de baño que ni sabías para que servían pero qué más da, relajar relajan ¿no? Pues ya está.

Fuiste corriendo a la cocina mientras te quitabas la ropa por el camino y la dejabas por ahí tirada, quedando solo en ropa interior, rápidamente armaste un sándwich y lo metiste en la sandwichera. Volviste a ir corriendo al baño para asegurarte de que el agua no se derramase y para tu sorpresa la bañera no estaba ni medio llena, hiciste una mueca y fuiste otra vez a la cocina esta vez con el móvil en la mano.

Desbloqueaste la pantalla para encontrarte con un fondo de tí y Edgar y sonreíste, te metiste en whatsapp a ver si alguien te había estado hablando.

  — Vaya... No tengo amigos — Deslizaste un dedo por tu mejilla y volviste a bloquear el móvil pues el sándwich ya estaba listo, lo pusiste en un plato y te serviste algo de zumo de naranja y esquivando a tu pequeño pug volviste al baño. Dejaste todo en un borde de la bañera donde Edgar no alcanzaba, cerraste el grifo pues esta ya estaba llena y comenzaste a quitarte la ropa interior.

— Aaahhh... — Suspiraste aliviada mientras te metías en la bañera, hundiendote hasta los hombros, Edgar se había tumbado en la camiseta que tiraste antes y se comenzaba a quedar dormido por el calorcito tan agradable que hacía en aquella habitación  — Esto si es vida... — Agarraste tu cena después de secar ligeramente tus manos con una toalla cercana y comenzaste a comer.

Recuerdos vinieron a tu mente, sobre lo pronto que te independizaste, lo mucho que amabas y odiabas, y cómo era tu vida antes.

Solías vivir en el pueblo con tus padres y familia, pero esa vida no te gustaba... Es decir, no es que fuera el típico pueblo de todo campo, granjas, etc, etc... La verdad es que era como una mini ciudad, pero no te sentías bien allí, para empezar la población: La mayoría eran ancianas o ancianos, gente cerrada de mente y muchos cotillas, vamos que ahí los cotilleos y los chismes volaban, no podías ni salir con tus amigas sin que al día o a los días siguientes tu madre o alguien te dijera ''Me ha dicho Paco que te vió en no se dónde haciendo no se qué'' 

¿Podías odiarlo más? . Por eso desde siempre quisiste irte a la ciudad, de todas formas nunca fuiste muy apegada a tu familia, es decir, los amabas sí, pero no eras demasiado apegada a ellos... Entonces empezaste a ahorrar y ahorrar a escondidas y a estudiar como loca, te dieron tu beca y conseguiste un pequeño trabajo como traductora y un apartamento bastante lindo y al hermoso Edgar.

Tras un largo rato tronaste tu espalda y saliste de la bañera envolviéndote con una toalla, las luces de la ciudad se veían desde la gran ventana de tu habitación.

Te pusiste unas bragas rosas junto con una sudadera gris y te metiste en la cama. Notaste como Edgar saltó y se acurrucó junto a ti, enternecida te giraste y te apoyaste ligeramente en él y antes de darte cuenta te quedaste profundamente dormida a pesar de los ronquidos del animal.


¡Hula! ¡Fugaxx here! xD

Como ya dije, ¡NUEVA HISTORIA! ahRRe<3 Planeo hacerla larguita(?

¡Espero que os guste! 7V7 ❤ 

((y si no sabéis como es un pug no sé que coño habéis estado haciendo con vuestra vida todo este tiempo. Osea. Son preciosos.

Etto, nada más que decir de momento(?

¡Hasta pronto!

*fugaxxx*



『 c o f f e e 』☕️ Sans x Reader || [UT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora