- Rueda, bota, bota y rebota y de colores es, es muy linda y lo mejor de todo mía es.-
- Rueda, bota, bota y rebota y de colores es, es muy linda y lo mejor de todo mía es.-
Una dulce canción, echa para uno de sus juguetes favoritos, tenerlo en sus manos lanzarlo, apretarlo ir tras él, no hay nada mejor a su corta edad, pequeños placeres de una personita.
Minerva de 6 años de edad, hija única de ambos padres despreocupados, aunque nada irresponsables tan solo tenían una vida tranquila evitando los problemas y preocupaciones, tratando de mantenerlos al mínimo por el bien de su hija.
La pequeña era inteligente, no exigía tratos especiales ni una vida de lujos, gracias a su sencillo modo de crianza; Era simplemente feliz, ella tenía un solo deseo, algo que sin duda pedía con toda el alma, un hermanito con quien jugar.
Más de una vez pregunto a sus padres, cuando llegaría el nuevo bebe, y que cuando fuera así ella lo llamaría Martín. Ella lo bañaría, que ella le daría de comer, pero que los pañales serian trabajo de papa.
No se cansaba de repetir
- Cuando Martín llegue todos seremos una familia más grande-
Para ella cuatro era el número perfecto, dos niñas en casa y dos niños, así papa tendría quien le ayudara a reparar el auto y tendría con quien jugar fútbol, mientras ella y mama podrían ser las animadoras; Al parecer era un deseo fácil de cumplir, pero la pareja no pensaba de la misma manera, cuando escuchaban a minerva hablar de Martín con tanta ilusión, solo se veían a la cara uno al otro, mientras la pequeña casi podía ver en su evitación una cuna donde dormiría él, un montón de juguetes donde jugarían y ese rico aroma a bebe recién nacido.
Los vecinos tenían una bebe y casualmente los visitaban, de vez en cuando minerva comentaba. - Mama y papa tendrán un bebe, yo lo cuidare, y vendremos juntos a visitar al tuyo.-
La vecina después de escuchar eso solo agachaba la mirada mientras los padres de minerva trataban de deshacer los nudos en sus gargantas.
Una tarde mientras paseaban por el parque que se encontraba a unas cuantas calles de casa, minerva jugaba con su pelota favorita, la lanzaba mientras cantaba esa canción que ella misma invento,
- Rueda, bota, bota y rebota y de colores es, lo mejor de todo mía es.-
La cantaba unas tres veces completa, otras solo hasta la mitad y terminaba por tararearla, la agitación de correr y saltar le impedía cantar por mucho tiempo, ella amaba esa pelota.
De camino a casa seguía jugueteando, un pequeño salto y luego dos pasos, un salto más y dos pasos, de pronto tropezó y la pelota rodo hasta un callejón, el lugar no era muy agradable…
Mientras mamá se adelantaba, minerva corrió a recuperar su pelota de entre unos contenedores de basura, corrían insectos y ratas era sucio en verdad, para ella no había inmundicia, no existía el miedo, no creía en las malas personas, caminaba en línea recta hasta su objetivo y hasta su pequeño gran tesoro.
Después de caminar una calle de no escuchar a su hija la madre volteo a su alrededor, mirando detenidamente por la calle con los ojos muy abiertos buscando y gritando su nombre…
- Minerva, ¿minerva dónde estás?-
El pánico invadió a la pobre mujer, comenzó a perder el control, daba vueltas en el mismo lugar una y otra vez, estaba completamente perdida, se echó al suelo con la mirada extraviada en la nada; Su mente había abandonado el momento y sus recuerdos impedían a sus pensamientos aclararse.
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Una historia para contar.
SpiritualExisten voces en el mundo, la voz interna, la voz del viento, la voz del prójimo. Voces que se escuchan y muchas otras que se ignoran, esta historia habla de ellas, no de todas pero si de algunas muy ruidosas, más que un simple sonido audible son se...