Cap.4: Niñera

146 9 1
                                    

Al día siguiente.

Como todos los días de su vida, se levantó se dió una ducha y se cambió, si, Marinette Dupain Cheng, fue a la cocina y se preparó unos panes tostados con un poco de leche.
Era sábado y su amiga Alya aún están durmiendo, decidió hacerle el desayuno y así fue, cuando Alya despertó ya estaba el desayuno listo, desayunaron tranquilamente, por fin Alya estaba esperando el fin de semana, estaban hablando y riendo.
Hasta que, a Marinette se le ocurrio decirle a Alya sobre lo que había pasado con el modelo, Adrien Agreste, al contarle eso, la morena escupió un poco de su jugo.

Alya: ¿¡Qué cosa?! –grito alterada, nadie se había acercado a Adrien, claro solo su novia.

Marinette: lo siento, no pensé que te lo tomarás así –dijo inocente la chica.

Alya: no es eso. –dijo más calmada–es solo que, nadie había hablado con él, claro en persona, y si alguien habla con él es su novia o su padre, o algún familiar, pero...¿Estás segura que te siguió?

Marinette: ya te dije que si.

Alya: –solo suspiro y dió otro sorbo a su jugo– estoy confundida.

Marinette: dejando ese tema atrás...tengo que conseguir una u iversidad y empleo, no puedo vivir así.

Alya: si quieres yo te puedo acompañar.

Marinette: ¿No tienes que trabajar?

Alya: descanso los sábados.

Marinette: ¡Genial! –dio una gran sonrisa a su amiga.

Alya: me voy a alistar para acompañarte, espérame aquí.

La morena se levantó de su asiento, y se fue a su habitación a alistarse mientras que la azabache, no dejaba de pensar en ese par de ojos esmeralda ese cabello rubio, hasta su se le ocurrió sacar su celular y buscar al menos algo de él, entro a Instagram :v y encontró la cuenta de el joven, definitivamente tenía novia, ¡Rayos! No podía ser nada de él, o quién sabe...pero ella sabía que eso estaba mal, su amiga salió de su habitación y juntas se fueron a buscar algo.
Hasta que por fin, un empleo.
Pero...a la chica no le gustaría ser una sirvienta, ¡Otro! No...no quería ser una secretaria...¡Aquí! No, ¡¿Dentista?! Como crees, era inútil.
¿Donde iban a conseguir un empleo?
Claro la universidad de su amiga podría servir ¿No? Eso ya estaba cubrido, solo necesitaba un empleo...

La morena tenía que irse, cosas de trabajo, se fue y dejó a la azabache sola por un momento, o al menos eso pensaba la chica.
Se escuchaban gritos de una madre y su pequeña, volteó a ver y si, era una madre con su hija.

Nadia: Manon vamos, no tengo tiempo, aparte no tengo una niñera, para ti.

Manon: ¡No quiero ir! ¡Quiero ir al carrusel!

Nadia: por favor Manon.

Definitivamente Marinette no quería ser madre, no ahora.
¡Ya se!
Marinette se acercó a la señora y a su hija.

Marinette: hola señora, mucho gusto me llamo Marinette.

Nadia: hola ¿Que se te ofrece? –pregunto con una sonrisa.

Marinette: oí que quiere una niñera.

Nadie: si, ¿Conoces a una? –pregunto ilusionada.

Marinette: Si, digo no...¡Si!...yo, trabajo de eso, si quiere puedo cuidar a su pequeña.

Nadia: ¿Estás segura?

Marinette: pues claro que sí, usted dígame cuando y a qué hora.

Nadia: ¿Podrías cuidarla hoy? ¿Ahora?

Marinette: claro.

Nadia: ¿Donde nos vemos?

Marinette: aquí en el parque, en el carrusel.

Nadie: de acuerdo. –la señora se acercó a su pequeña– Manon, pórtate bien, no hagas escándalos, por favor cariño.

Manon: si mami.

Nadie: bien, me tengo que ir, te en cargo a Manon.

Marinette: claro que sí señora.

La señora Chamack se fue de ahí apresurando se a su trabajo mientras que Marinette se quedaba con Manon la pequeña quería ir al carrusel, a si que fueron, la chica estaba tan entretenida que no vio al chico de ojos esmeralda, Adrien solo reía por lo adorable que se veía en ese poni de plástico.
Hasta que Marinette y Manon se bajaron del carrusel, Adrien se acercó y le tocó el hombro haciendo que Marinette se asustara.

Marinette: me diste un gran susto –dijo algo enojada.

Adrien:–sonrio un poco– lo siento.

Busco a alguien Donde viven las historias. Descúbrelo ahora