Bad Teacher ✏✏ChanIN.

✏2.

HyunJin se removió con curiosidad y se acomodo una vez más sobre su asiento.

—Binnie tiene razón, ¿Por qué nunca hemos ido a tu casa?

Me encogí de hombros—Nunca me han dicho que quieren ir.

—Vamos ahora mismo.

—No—Continue caminando—Hoy no puedo.

—¿Por?—ChangBin alzó una ceja.

—Pues...

//Bang Chan estaba en cama, la fiebre lo estaba matando y lo único que yo podía hacer era ser un buen enfermo.

—¿Terminaste tu sopa?—Cuestioné mientras cambiaba el paño mojado de su frente.

Bang Chan asintió—Gracias Jeongin.

—No hay de que.

—Me refiero—Aclaro la garganta—A todo, en general, por dejarme vivir contigo, por ayudarme a conseguir un empleo, por compartir todas tus cosas conmigo, nunca podré pagartelo.

—No pienses en eso, está bien—Reí bajo—Tengo que ir a clase, deje comida preparada en el microondas, cambia el paño cada 20 minutos y mantente vivo.

—Jeongin—Bang Chan me llamo mientras se sentaba en la cama—De verdad, muchas gracias.

Negué sentandome en la cama—Cuidate en lo que no estoy, ¿Si?, Llegaré lo antes posible.

Sus manos me tomaron de las mejillas y un beso fue plantado sobre mi frente—Te quiero Jeongin.

Mis mejillas se incendiaron y el tono carmesí se hizo presenté—Ta-También lo quiero profesor Bang.

Una risita escapó de los labio de Bang Chan—Estamos en casa, pequeño, aquí no soy tu profesor.

—Y-Ya me voy, se me hace tarde.

Me levanté de golpe y corrí escaleras abajo hasta salir de la casa con mi rostro totalmente rojo y mi corazón luchando por escapar de mi pecho. \\

—Simplemente no puedo hoy, tal vez después—Me excusé—Los veo mañana.

.   ... ..  .

Cuando llegue a casa me encontré con Bang Chan sentado en la cocina, terminando de comer lo que había preparado para él y mirando su teléfono.

—Estoy en casa—Deje mi mochila en el perchero—¿Cómo va tu fiebre?—Me acerque a el rubio y coloqué mi mano en su frente, debido a mis manos heladas no supe identificar si realmente estaba bien así que me encogí de hombros.

—¿Todo bien?

—No lo sé, no tengo termómetro y mis manos están heladas.

Bang Chan me tomo de las mejillas y junto nuestras frentes, dejando nuestros rostros a escasos centímetros, mi corazón comenzaba a acelerarse de nuevo y mi estómago siendo revuelto.

—¿Qué te parece?—Cuestionó con una leve sonrisa.

—¿E-Eh?

—Mi temperatura, ¿Qué te parece?

—Te vas a morir—Me separé tomando una manzana del frutero.

Bang Chan me miró con una sonrisa ladina—¡Pero Jeongiiiiiiin!