Una tarde... [Sherlock Holmes x Watson]

Nueva realidad

-No juegue conmigo Holmes. El doctor levantó su mano para apartar al detective, el cuerpo inclinado de Holmes fue empujado hasta casi caer al suelo.

-Watson, no conocía de esa fuerza suya. Sherlock se puso de pie y colocando sus manos en forma de súplica, pidió un tiempo para explicar lo dicho anteriormente.- Creí que nunca suplicaría a nadie, pero escucha Watson.

Sé que te parece sin sentido pero desde hace un año he tenido la sensación de querer abrazarlo, tocarlo o besarlo, y no desaparece por más que lo intento. Me he mantenido fuera de una relación porque simplemente ninguna me resulta placentera, siento que sólo es un desperdicio de tiempo y energía. Sin embargo, cuando estoy a su lado el día toma mayor relevancia, hasta podría decir que lo disfruto. ¿Me entiende o lo estoy aburriendo?

-¿Cómo puede decir eso? nunca me he aburrido a su lado. Y si, lo entiendo, no fue hasta hoy realmente, que me di cuenta que me sentía atraído por usted, mientras me preguntaba por qué lo admiro tanto y no puedo negarle nada a usted. Además de haber dudado de su preferencia sexual.

-¿Puedo sentarme a su lado Watson? No haré nada indebido. Lo juro.

Watson, dudando un poco de cómo actuar, permitió a Holmes sentarse, sintiéndose la presa de un voraz depredador.

-Está bien Holmes. Sin embargo, no sé cómo saldremos de esta situación, a pesar de que ahora es que me doy cuenta de lo que siente, y lo que yo siento por usted, ya me he propuesto en matrimonio a la Srta Morstan, como hombre de palabra no puedo retractarme.

-Todo fuese acabado bien, si me hubieras dicho eso antes de que todos estos pensamientos salieran de mi mente para convertirse en palabras. ¿Cómo puede ser que la primera vez que me enamoro, todo resulta un caos, que haré de ahora en adelante?

-Lamentablemente Holmes, no tengo mucho para decir. Quisiera asegurarte que dejaré todo por ti, pero sería una vil mentira, no se aún si esto que siento por ti es amor o simplemente mera atracción, retractarme de mis palabras, por algo que no se si vaya a funcionar, me parece inapropiado. Espero me entiendas Holmes.

Al terminar de hablar Watson notó la mirada pérdida de su querido amigo, Sherlock Holmes. Si antes se encontraba en un conflicto, era seguro que de ahora en adelante estaría en uno más grande. Porque aunque dijo que quizás no era amor, el corazón le dolía, y en lo más profundo de sí, sabía que lo que estaba haciendo era un error, había perdido al ser que dominaba sus sentidos. Tenía que asumir su responsabilidad, eso hacían los hombres de honor, y eso era él. 

Holmes sólo salió de la habitación para ir en busca de sus cosas, ese ya no era su lugar. Tristemente debía irse. Algo que en ningún momento imaginó, siempre creyó que serían sólo Watson y el atendiendo casos. Pero no podía culpar al doctor, quizás sólo era una confusión lo que sentía por él. Y por su admiración, casi devoción, percibía los hechos desde otro punto. Lo cierto era que ya se encontraba en la entrada de aquel lugar que una vez fue su hogar. Holmes detuvo un carruaje mientras daba la dirección de la casa de su hermano Mycroft. No tenía mucha ilusión de ver la cara de su apático hermano, pero era su única opción, ¿a quién más podría recurrir? Le pediría en su momento una modesta casa a las afueras de la ciudad. Mientras pensaba y pensaba, ya se encontraba en el portal que conducía a la puerta de aquella gran casa. El ánimo no era el mejor, lo único que deseaba era estar solo, y eso haría. Un hombre lo recibió en la entrada de la casa y lo condujo por el recibidor, esperó pacientemente a que su hermano apareciera, sin embargo, eso no ocurrió, el mayordomo de Mycroft se presentó y otorgó una llave a Holmes.

-Mr. Holmes, su hermano no se encuentra en casa por motivos de trabajo. Sin embargo, dejó una llave para que se la diera en cuanto usted pisara esta casa.