14

8.6K 1K 411
                                    

Era un tanto sorprendente ver como las cosas cambian tan repentinamente. En un momento todo esta bien, espectacular, la vida te sonríe pero en un abrir y cerrar de ojos todo se puede volver en tu contra y se desmorona frente a tus ojos, aunque lo intentes no puedes hacer nada más que agachar la cabeza y aceptar todos los golpes.

Jungkook sabía que lo tiene muy bien merecido pero a pesar de todo, duele.
Y no, no hablo específicamente de los golpes que recibió por parte de sus amigos, sabía que en algún momento iban a llegar, todo iba a caer sobre el, como grandes chorros de agua fría pero lo que más le dolió fue ver la expresión de los chicos que supuestamente más apreciaba en su vida, sus ojos se veían cargados de dolor y de odio hacía su persona.

Ver el odio en los ojos de Hoseok. Ver el enojo y decepción de sus amigos.

Creo que es allí en donde te das cuenta de que hiciste todo realmente para la mierda, en verdad metiste la pata hasta el fondo, tiraste de la cuerda hasta que todo simplemente cayó sobre ti.

Jungkook sabía que después de lo ocurrido sus días en el el Instituto ya no serían los mismos, no serían agradables.
Pero jamás se imagino que sería a tal grado de que otras personas a las cuales él jamás les había hecho nada, se metieran con él.
Golpes, insultos y caras desagradables fue lo que recibió el pelinegro, lo hubiese esperado de las personas a las que él lastimo ¿pero de extraños? En realidad no lo entendía pero a pesar de todo no hizo mucho para defenderse, se lo merecía y lo sabía.

La única persona que parecía no estar enojada con él, era Jin que fue el único que se acercó a Jungkook. Odiaba ver como Jungkook cargaba con toda la culpa. Le parecía injusto ver como Baekhyun o Taehyung se lavaron las manos del asunto, echándole toda la culpa a Jungkook, cuándo también fueron ellos los responsables de todo esto. De todas formas él no era un santo, sabía que parte de la culpa era suya, Jungkook no le puso un arma en la cabeza para que aceptará meterse en todo eso.

Es más, debía hablar con Namjoon y decidir que hacer con su relación.

Tal vez, solo debían dejar que las cosas se solucionen con el tiempo... Jungkook estaría bien, ellos estarían bien.

¿Qué es lo peor que podría pasar?

[...]

Jungkook se encontraba en el jardín trasero de la institución, sentado en una banca, mientras comía las galletas que su madre le preparo, las había encontrado en la mesa de la cocina junto con una nota, ella solía hacer esas cosas cuando lo notaba triste.

La mujer había notado que a hijo no se sentía bien, Jungkook había estado muy decaído en las últimas semanas.

No hablaba, no jugaba vídeo juegos, dormía todo el día y debía obligarlo a comer, y esas cosas no eran comunes en su hijo.

Ella no lo obligaría a hablar, así que simplemente mostró su amor por Jungkook con las galletas en forma de conejo que solía prepararle cuando era niño.

Jungkook se tomó el tiempo de apreciarlas, sonrió al imaginar a su madre cocinandolas. Ella seguramente estaba cansada, trabajaba demasiado y a pesar de eso se tomó el tiempo de cocinarle algo para hacerlo sentir mejor.

Apenas recordaba cuando fue la última vez que pasaron un día juntos, la extrañaba.

Pero su madre lo amaba, en el final de cada nota ella siempre se lo recordaba...

Jungkook estaba sumergido en sus pensamientos, tan metido en las palabras de su madre que no se dio cuenta cuando un chico de cabellos rubios se sentó a su lado.

- Creo que todo se fue a la mierda ¿verdad?

Jungkook se sobresaltó al escuchar su voz y algunas de sus galletas cayeron al suelo.

¡No me acostaré contigo! [kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora