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Bill Denbrough estaba sentado, estudiando, en una mesa de su colegio, sin preocupaciones, relajado. Estaba saliendo con Tiffany, una linda chica, muy popular del Instituto.
Más de lo que a él le gustaría.

Hacía 2 años ya que había descubierto que era bisexual, aunque prefería a los hombres. De eso estaba más que seguro. ¿Por qué? Simple, nunca sentiría nada igual o comparado a lo que ese chico, uno de rizado pelo y alta estatura, lo hizo sentir cuando tenían apenas 15 años.

Nunca.

Casi no recordaba sobre el chico, sólo recordaba que después y antes de derrotar a Eso, estuvo demasiado enamorado de él.

-Hola amor- llegó Tiffany y saludó a Bill, dándole un cálido beso en la mejilla, y sentándose a lado, en la banca donde él se sentaba y estudiaba un poco.

-Hola, Ti- dijo Bill sin despegar su vista del libro que leía.

-Bill, tenemos que hablar, ¿si?- dijo Tiffany acomodandose más junto a él.

"No he hecho nada malo, que quede claro" pensó el ojiazul mientras asentía con la cabeza.

-¿Es verdad que te gustan los chicos? ¿Y es verdad que has salido con uno?- preguntó Tiffany algo curiosa.

Denbrough se alarmó, para él no era un secreto que le gustaban los chicos, pero era diferente con el resto de personas que lo conocían.
Los únicos que lo sabían eran sus mejores amigos de la infancia, los cuales no veía hace mucho.

Estaba a punto de negarlo, pero el recuerdo de alguien hizo que se quedara en shock, sin moverse, sin decir palabra alguna.

Stanley Uris. La única persona de la que ha estado enamorado en su vida.

-Bebé, ¿te pasa algo?- Tiffany preguntó algo preocupada pero molesta al no obtener respuesta de su novio.

-S-s-Stanley- susurró Bill, parándose de la banca y con la vista baja.

Tiffany hizo una mueca de confusión.

-¿Quién? ¿De qué hablas?-

-Stanley, Stanley Uris- Bill dijo en voz un poco más alta, más clara.

-¿Quién es ese?- Tiffany seguía muy confundida.

El chico, sin que una palabra saliera de su boca, se fue corriendo hacía su casa, que no quedaba tan lejos de su anterior punto de descanso.

Stanley Uris- ese nombre se repitió una y otra vez en su cabeza mientras iba corriendo.

Llegó al destino y subió como loco las escaleras, entró a su habitación y tras él cerro la puerta de golpe. Se tiró en su cama.

En ese momento recordó bien a Uris, su pelo, sus ojos, sus labios, incluso llegó a recordar su voz.
Todo él le fascinaba.

Logró también recordar los pequeños momentos, sus pequeños momentos...
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HOLIZ.
Weno ya el siguiente capítulo se basará en los flashbacks.
Por si no lo saben ambos tienen actualmente 19 años, y duraron poco más de 1 año de relación, es decir, hasta la edad de 16 años.

YA ME DEJO DE TONTERÍAS, los quiero gracias por su lof y su apoyo😘

S T E N B R O U G H
I S
R E A L

Our little moments [Stenbrough]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora