16. Escarlata

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El sonido del despertador le taladró los tímpanos.

-No puede ser...- murmuró él, con la voz ronca, y la cabeza pegada a la almohada. Aun siendo sábado, había olvidado apagarla, y eran las 7 y media de la mañana. Alargó la mano buscando el reloj y, al encontrarlo, le propinó un fuerte golpe.-agh... Mi cabeza...

Sí, tenía resaca... Y una de las peores desde hacía mucho tiempo. Además, notaba su garganta dolorida, y tenía la nariz congestionada, todo porque no se había metido dentro de la cama, siendo totalmente ilógico. Se maldijo varios minutos, y se levantó, notando como la cabeza le daba vueltas. Llegó a la cocina y, al servirse un café, apoyó la cabeza en la mesa, sin querer moverse.

-No recordaba que tener resaca fuera tan... Malo.-pensó en voz alta, recordando las advertencias de Hizashi.- parece mentira que acabase peor que él.

///Mientras tanto, en la estación de trenes...

-¡Sheel!- la voz de Iida le sacó del sueño por unos segundos.- Qué pronto has llegado.

-Sí, bueno... No tenía mucho que hacer en mi casa, ¿Y tú?

-Estaba nervioso y necesitaba salir.- confesó.- tienes mala cara... ¿Estás bien?

-Sí, tranquilo, sólo he dormido poco... Se me pasará.

El peliazul asintió, y la tomó del brazo con una sonrisa para invitarla a un café, a lo que ella no pudo quejarse, pues lo necesitaba. La presencia de Tenya era una de que más apreciaba; era agradable, relajante, y cariñosa. Realmente, él era un chico maravilloso. *Maldita sea... Podía haberme enamorado de ti* pensó, y esbozó una leve sonrisa.

-Es la primera vez que sonríes en toda esta semana, ¿sabes?- le sacó de sus pensamientos, haciendo que se sonrojase.

-Yo... Esto... Es que no he tenido buena semana.- confesó, pasándose una mano por el cuello.

-Ya... Pero nos tienes ahí, sabes que estamos para ayudarte en lo que sea, Sheel... Confía en nosotros, quizá podamos solucionarlo.

-Es complicado de explicar.- comenzó a hablar ella, dándole vueltas con la cucharilla al café.- digamos que estoy así por algo... Bueno, alguien.

-El sensei.- respondió Iida, lo que hizo que Sheel no tuviera más remedio que asentir.

-Él... Lleva una semana y poco siendo muy frío conmigo, ¿sabes?- le confesó, suspirando.- antes... incluso parecíamos amigos, pero ahora es como si volviera a ser el del año pasado.

-Siempre fue raro.- dijo Tenya, haciendo que la chica sonriese.- pero no tiene ningún derecho a hacerle daño a alguien como tú, que se desvive por los demás.

Aquella frase llegó al corazón de Sheel, que se sonrojó.

-No digas...

-Sí, si lo haces, y lo sabes. Si él es tan tonto de no entenderlo... No vale la pena que sufras por él.- aquello demostró que su amigo sabía que estaba enamorada, cosa no muy difícil de saber.

-Tú... Lo sabías desde hace tiempo, ¿verdad?

-Claro que lo sabía, e Izuku y Uraraka también... No sabíamos cómo decírtelo. Es que... No queríamos meternos en tu vida, aunque tampoco que te hiciera daño ese imbécil.

-¿Imbécil? ¿Iida Tenya insultando a su profesor? ¡Primicia!- bromeó ella al terminarse el café y levantarse, para acto seguido abrazar al chico.- gracias por todo, Tenya... Gracias a todos por estar ahí para una idiota como yo.

-No seas tonta... Es mi deber como delegado.- contestó él correspondiendo el abrazo.

*Es agradable saber que tienes gente que te quiere a tu lado... *pensó, mientras caminaban hacia el andén tras deshacer el abrazo. Tomaron el tren un rato después, y charlaron durante el camino de hora y media hasta llegar, y buscaron la agencia de su hermano, para acto seguido sentarse a esperar en un bar a que apareciese, lo que se hizo casi eterno, pero sucedió.

"Insufrible" [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora