Mis ojos se abrieron cuando miré hacia abajo para verle agarrándose el costado. "En el nombre de Dios, ¿Qué te ha pasado?" Grité, lo suficientemente fuerte para que el lo escuchara, pero lo suficientemente bajo para que mi madre no lo hiciera.
Se encogió de hombros como si no fuera con él el problema. Este id*ota. "Nada".
Yo arqueé una ceja. "¿Te crees que soy tan est*upida?!" Me puse una mano en mi cadera.
El sonrió. "¿De verdad quieres que te responda a eso?"
Rodé los ojos. "Eres un tonto".
Se echó a reír antes de hacer una mueca de dolor agarrándose el costado aún mas.
Corrí a su lado, inclinándome para presionarle suavemente su costado. "En serio, Suga, ¿qué pasó?" Le miré.
"Nada." Repitió de nuevo.
Le presioné hacia su costado de nuevo, esta vez, mas fuerte.
Se estremeció una vez mas. "Jod*er, que duele ____. Ten cuidado." El hervía de dolor con los dientes apretados.
"Lo se." Yo le dediqué una mirada intencionada. "Ahora, dime lo que pasó o te voy a apretar de nuevo, esta vez, aún mas fuerte." Estreché mis ojos.
"Estas mintiendo", murmuró.
Le dirigí una mirada de -oh, enserio?- mientras le presionaba fuerte en su costado, como le había dicho que haría.
El apartó mi mano, moviéndose hacia atrás. "Maldita sea _____. Jesús," dijo entre dientes.
Me encogí de hombros. "Te dije que lo haría y no dudaré en volver a hacerlo." Me incliné a su lado, cuando se alejo tan rápido como su cuerpo se lo permitió.
"Bueno, bueno!" Se quejó. "Te diré, pero primero aléjate de una pu*ta vez." Hizo un gesto con sus manos, un gesto de que me moviera hacia atrás. Yo lo hice.
"Esta bien". Me crucé los brazos contra mi pecho. "Ahora, suéltalo."
Se apoyo contra la pared todavía aferrándose a su costado. "Sabes el hijo de pu*ta que nos encontramos en el restaurante?"
Recordé, viniendo a mi cabeza aquel chico alto, moreno, de ojos verdes. Asentí con la cabeza en respuesta a su pregunta.
"Bueno, después de que te traje aquí, regresé a mi casa y ya sabes, los chicos estaban allí. Nos relajamos y hicimos nuestras cosas cuando Bernie dijo que habíamos perturbado los negocios de los territorios-"
Fruncí mis cejas en confusión.
El suspiro. "Son lugares alineados que pertenecen a bandas diferentes, pero todos están separados. Es el lugar donde hacemos la mayoría de negocios y toda esa mi*erda."
Asentí con la cabeza una vez mas, esta vez, entendiendo.
"Caminé junto a la ranura del territorio de The Kings y Luke, el chico del restaurante, estaba allí, y por supuesto, el maldito cabr*on piensa que puede empezar a joder a cualquiera y luego salirse con la suya." Gruñó con ira. "El hijo de pu*ta empezó a hablar mal y decir mier*da de mi, entonces comenzó a darme con sus puños por todas partes. Esquivé el primer golpe y le golpeé en la mandíbula. El se recuperó y me golpeó en el estómago, me doblé y me dio en la espalda. Le sacudí y le dí un puñe*tazo para que callera al suelo, golpeando con mi pie su espalda, me terminó arrojando al suelo y empezó a patearme la espalda y las costillas. En el momento en que tuve la oportunidad de pegarle de nuevo, sacó un cuchillo y me apuñaló en el costado-"
Mi boca se había abierto en estado de shock.
"-Cuando sus chicos lo apartaron y le dijeron que tenía asuntos con los que tratar" la sombra de sus ojos era de una manera mortal, aumentó la tensión en él.
"Así que simplemente te dejaron allí?" Le pregunté, mis ojos se abrieron por el horror de que alguien pudiera hacer eso. Quiero decir, se que la gente puede ser capaz de ser cruel, pero maldita sea...
"Me hubiera jo*dido si esos cabr*ones no llegan a apartarlo," Suga me ignoró, gruñendo humilde mientras recuperaba los recuerdos. "Voy a volver a por el hijo de pu*ta de una manera o de otra."
"No lo hagas." Negué con la cabeza. "La violencia nunca es la respuesta."
El levantó la cabeza para mirarme, una expresión de incredulidad se plasmo en sus ojos. "¿Qué eres? ¿Un sacerdote? Deja de decir esa mi*erda. Le voy a jo*der en el mismo momento en el que ponga mis manos sobre ese hijo de pu*ta." El apretó sus labios en una línea, la ira bullía de su interior. "Si el cree que me puede clavar un cuchillo y salirse con la suya, no sabe lo que le espera." Hubo una mirada en sus ojos que no pude descifrar.
Suspiré. "Cálmate. Lo ultimo que necesitas es que te pongas mas furioso y hierva tu sangre."
"¿Por qué co*ño te importa?" Escupió.
Aquí vamos otra vez con sus problemas bipolares.
"Tu no eres mi pu*ta madre.", Continuó Suga con un silbido en sus palabras.
"Bueno, lo hago y no hay nada que podamos hacer al respecto, así que deja de jo*der." Escupí furiosa. ¿Cómo se atreve a actuar como un idi*ota cuando esta en mi casa?
El estaba a punto de abrir la boca cuando le corté antes de que pudiera hacerlo. "Tu viniste a mi, ¿recuerdas?", Le señalé de frente hacia su cuerpo de pie en el piso de mi dormitorio.
Se mantuvo en silencio, eso me dio la respuesta que quería.
"Exactamente." Esbocé una sonrisa falsa, orgullosa de que en realidad mi argumento le había ganado por primera vez y lo había callado.
Después de unos minutos de pie allí, me di cuenta de que la camiseta que llevaba puesta estaba ahora un poco llena de aquel residuo rojo- su sangre. "Tenemos que llevarte a un médico. Necesitas que te revisen," comencé inclinándome hacia mi teléfono que estaba sobre la cómoda al lado de mi cama cuando Suga me detuvo.
"No, no puedes!", Gritó antes de que poco a poco se calmase a sí mismo una vez que vio como mi cuerpo se estremecía. "Si me llevas, van a querer saber que paso y no puedo entrar en mas mi*erda ahora mismo." Susurró humilde.
Me mordí el interior de la mejilla, pensando en lo que había dicho. Tenía razón. "Bien, pero, solo con una condición." Yo le dirigí una mirada severa.
El gimió, rodando los ojos. "¿Qué es?"
"Vas a tener que dejarme echarte un vistazo, ¿de acuerdo?" Yo le dirigí una mirada de esperanza.
Lo pensó, dudando por un momento antes de que finalmente asintiera con la cabeza. "Esta bien".
Agarrando su brazo con suavidad, le entré en el baño antes de cerrar la puerta. "Siéntate", señalé el asiento del inodoro cerrado. El obligado, lentamente, se tomó su tiempo.
Me agaché para estar en frente del armario abierto. Agarrando un botiquín de primeros auxilios detrás de todo, cerré con llave el armario, levantándome de nuevo.
El me miró.
"¿Qué?"
"¿Por qué tienes un botiquín en tu baño?"
"Mi madre es enfermera por eso tiene botiquines de primeros auxilios ubicados en toda la casa, por si acaso." Me encogí de hombros mientras abría el estuche hurgando en el. Agarré todas las cosas necesarias para curar sus heridas, me volví hacia él. "Quítate la camiseta".
"Si quieres hacer esto, nena, vas a tener que esperar a que esta mier*da se cure." El sonrió, enviándome un guiño sutil.
Luche contra la urgencia de que mis mejillas se volvieran rojas y rodé los ojos. "No te emociones. Tengo que mirar las heridas."
El se rió entre dientes. "Lo que tu digas." El agarró la parte inferior de la camiseta antes de tirar de ella hacia arriba poco a poco y la tiró en el suelo.
Yo no podía dejar de mirar su estómago. A pesar de que su lado estaba cubierto de sangre, sus abdominales brillaban contra la luz.
"¿Me vas a ayudar o vas a mirar mi cuerpo?" Hizo que dejara de mirarle para ver la sonrisa cursi que esbozaba Suga.
Por dentro me di una patada en la cara. "Cállate". Le susurre, inclinándome para obtener una mejor visión de la herida. Le habían herido con un corte profundo en mitad de su costado. Caminando hacia el fregadero, mojé una toalla antes de volver hacia el y poco a poco comencé a frotarla contra el corte de su costado.
Se sentó allí sin ningún problema, sin ninguna mueca de dolor por primera vez, lo que hizo que me preguntara cuantas veces le habían dañado al estar tan acostumbrado a ello.
Una vez que hice eso, agarré el spray desinfectante, esparciéndolo al mismo tiempo por cada parte de su costado.
Estaba a punto de rociarlo cuando escuché un sonido repentino. Surcando las cejas, miré hacia arriba para ver a suga sonriente.
"¿Qué?" Le escupí, claramente molesta. "¿De que te ríes?"
Se encogió de hombros, mirando hacia abajo antes de apartar la mirada. Seguí sus ojos y fue entonces cuando me di cuenta de que estaba prácticamente cara a cara con su entrepierna.
Me sonrojé en gran medida. "Eres un asco." Le dije con desprecio.
El se rió entre dientes. "Hey, yo no soy el que esta haciendo esa mier*da, nena." Me guiñó un ojo.
Me mordí la lengua para calmarme y no decir nada. "Mira, yo estoy tratando de ayudarte así que si quieres ser infantil, sigue adelante y lo haces en tu tiempo libre." Sople sacando mi aliento.
"Vaya, a alguien le molestan las bragas de abuelita.", Bromeó.
"Yo no me pongo bragas de abuela". Amplié mis ojos cuando me di cuenta de lo que acababa de decir.
Su ceja se arqueó. "¿En serio?" Sus ojos estaban llenos de diversión.
Yo mentalmente me maldije. "Olvídalo." Murmuré.
El negó con la cabeza. "No hay manera de que tu no lleves bragas de abuela." El pensó, "Basta con mirarte!" Hizo un gesto hacia a mi con sus brazos.
Apreté los labios. "¿Qué se supone que significa eso?" Yo le disparé, consiguiendo ofenderme.
"Que pareces una chica recatada que llevaría ropa interior de abuela.", Puso su espalda contra el asiento.
En este punto, yo estaba hirviendo. ¿Cómo se atreve? "Para tu información, llevo un tanga en ese momento, así que chúpate esa!"
¿Realmente acababa de admitir eso?
Sus ojos se abrieron, una mirada de pura diversión se estableció en su rostro. "No te creo." El me miro de manera normal.
Me burlé. "No me importa lo que creas."
"Demuéstralo", movió su cabeza hacia mi.
Fingí una carcajada. "Ja! ¿Qué te parece....." me toqué la barbilla fingiendo pensar en ello antes de retroceder mi cabeza hacia atrás y mirar hacia arriba. "¿No?" Le di una mirada de incredulidad como si hubiera perdido la cabeza.
Probablemente el me mirara incrédulo.
"¿Sabías que Luke te golpeó en la cabeza demasiado fuerte?"
El negó con la cabeza. "No, estoy perfectamente sano. No eres mas que una mentirosa."
"No, no lo soy!"
"A la mier*da, si lo eres." El asintió con la cabeza de acuerdo consigo mismo. "Probablemente también eres virgen."
"Eso no es de tu maldita incumbencia." Le disparé hacia él.
"Así que estas tratando de decirme que no lo eres?" Sacudió la cabeza. "No lo creo."
"Tu no crees nada!" Lancé mis manos en el aire.
"Si lo pruebas, entonces me lo creeré. Hasta entonces, eres una virgen que lleva bragas de abuela." Sonrió para sus adentros.
"Eres un gilipoll*as". Gruñí.
"Solo muestra los hechos, baby." Me guiñó un ojo.
"¿Tiene algo que ver contigo que lleve bragas de abuela -que no lo creo- o que sea virgen?"
Se encogió de hombros. "Tengo que saber a que chicas estoy manejando."
"Tu no estas manejando a nadie! En lo que a mi respecta, no somos nada."
El sonrió. "Ah, si?"
Asentí con la cabeza.
Se puso de pie ahora. "No crees que seamos nada?"
Negué con la cabeza.
Se acercó a mi ahora, mientras que suavemente presionaba su costado. "Creo que estas equivocada.", Susurró.
"Tu-" Hice una pausa, recuperando la compostura. "Tu no debes de estar de pie."
Se encogió de hombros, continuó caminando hacia mi hasta que me apretó contra la pared del baño.
Mier*da, me estaba apretando.
"No" respiré hacia fuera.
"Eres una mentirosa." Presionó su cuerpo contra mi para que no tuviera a donde ir, el puso sus dos manos al lado de ambos lados de mi cabeza. "¿Quieres saber como?" Sopló contra mis labios, su aliento caliente chocó contra mí.
"¿Cómo?" Me sentía a mi misma cada vez mas caliente.
Movió su cabeza cerca de la mía. "De esta manera," se inclinó hacia mi, apretando sus labios contra los míos con firmeza antes de que tuviera la oportunidad de rechazarlo o tomar represalias.
Fuegos artificiales se dispararon a nuestro alrededor, las mariposas invadieron mi estómago. Me tomó un segundo antes de que mi cerebro comenzó a trabajar y llegué a comprender lo que estaba pasando. Envolví mis brazos alrededor de su cuello, tiré de el para acercarlo mas a mi-Si eso era posible. Un subidón de adrenalina inundó mis venas, las chispas se encendieron dentro de mi.
Se puso aun mas arriba de mi mientras sujetaba mis caderas con sus manos, apretando los costados y sus dedos se calvaban en mi piel cuando el me presionó en mi labio inferior con los dientes.
Gemí en el beso, pasando los dedos por su pelo. Jo*der, esto se sentía bien.
Deslizando sus manos por mi espalda, se mantuvieron ahí durante un momento antes de que sus manos se deslizaran hasta mi cu*lo. Lo apretó, lo que me hizo gritar y le di acceso a mi boca, era lo que estaba esperando. Obligo a su lengua a deslizarse por mi garganta, la lengua comenzó a luchar por el dominio mientras yo gemía en el beso, tirando de su pelo.
El empujo su cuerpo mas fuerte contra mí, con las manos aferradas a mi cu*lo con firmeza. Se apartó del beso por tan solo una fracción de segundo antes de girar la cabeza hacia la derecha y colocar de nuevo sus labios con los míos, su lengua encontraba su camino dentro de mi boca una vez mas.
El sabía a menta y a humo, una combinación extraña, pero sexy.
No me di cuenta que sus manos comenzaban a viajar por la parte trasera de mi pantalón hasta que sentí sus manos frías apretar la piel de mi trasero. Di un grito ahogado, una vez mas, abriendo mis ojos en estado de shock.
El sonrió contra el beso. Alejándose con un fuerte golpe, el empujo su frente contra la mía, la parte de atrás de mi cabeza terminó presionada contra la pared de detrás de nosotros. "Acepto tu corrección." Susurro sexy, refiriéndose de nuevo a nuestro argumento anterior, mientras me dirigía una sonrisa. Sin aliento, acarició su cabeza contra mi nuca, donde empezó a chupar, morder y lamer la carne, me enviaba a un mundo totalmente distinto.
Empujé su cabeza mas cerca, mientras le masajeaba el cuero cabelludo con los dedos, jugando y tirando de su pelo. El gimió.
"_____, ¿estas ahí?" Mis ojos se abrieron completamente, Suga se separó mas de mi cuello. "Abre la puerta". Oí llamar a mi madre en voz alta una vez mas.
ESTÁS LEYENDO
danger ; myg
FanficUna noche... Una fiesta... Un error... que el pensó que arruinaría su vida, pero que estaría destinado a ser todo lo contrario. Cuando toda tu vida has sido usado por personas que te mentían y decidían por ti... ¿Como puedes aprender a confiar en la...