10 deseos

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- ¿Enserio no te molesta hija?- preguntó Tom a Marinette.

Los panaderos habían sido invitados a cocinar los postres para una fiesta lujosa en el Hotel Bourgois, además de que se les invitaba a estar en dicha, pero lo único que no les parecía era dejar sola a su pequeña niña, ya que al parecer no estaba invitada.

- Por supuesto que no papá.- dió una cálida sonrisa.- Es más ¡Me alegra muchísimo! Es una gran oportunidad para ustedes.- abrazó a sus parientes y ellos sonrieron.

- Pero hija, aún así no queremos que pases el año nuevo aquí tú sola.- habló Sabine un poco afligida.

- No te preocupes por eso mamá, ya veré qué hacer, tal vez vaya con Alya, aunque quedarme aquí no me molesta en lo absoluto.

- Bueno, de cualquier manera te dejaremos preparada la cena y te hablaremos en cuanto sean las doce.- su madre acarició con cariño su mejilla.

- Nos iremos a las once de la mañana, hay mucho que preparar.- le avisó Tom acariciando su cabeza, despeinandola.

~•~

En tanto, la casa de los Agreste, Adrien estaba en una videollamada con su padre en su habitación.

- La madre de Nathalie enfermó, por eso le he dado estos días libres, suerte que tú estás de vacaciones y no tienes alguna presentación.- anunció su padre.- Gorila se quedará a vigilarte así que nada de fiestas o cosas alocadas en la casa, jovencito.

- Está bien padre.- Por supuesto que el joven de ojos verdes estaba destrozado pero con los años aprendió a no demostrarlo. Además no es la primera vez que su padre le falla.- Pero ¿Y tú, padre?

- Ésta junta es muy importante Adrien, si me afilio con ellos la marca Agreste llegará a las tiendas americanas.- Adrien bajo la mirada y a punto de cortar la llamada, pero escucho un suspiro que le hizo fijarse en la pantalla de nuevo.- Hijo, te prometo que en cuanto vuelva pasaremos todo un día juntos y cenaremos, solo tú y yo ¿De acuerdo?- dió lo que pareció ser una sonrisa.

- De acuerdo Padre.- a pesar de esa "compensación", no fue suficiente para subirle los ánimos.

Y ahí terminó la llamada.

- Mira el lado bueno.- Habló Plagg.- no te interrogaran si sales a buscar mi queso.

Adrien rodó los ojos y se dirigió a su cama.

Pensó en hablarle a Nino y pedirle si podía pasarlo con él, pero recordó que estaba con la familia de Alya, puesto que al ser novios se acomodaron para estar con la familia de cada uno en Navidad y Año nuevo. No podía llegar e interrumpir así.

Dejó de pensar en con quién iba a celebrar y se resignó a estar solo de nuevo, bueno, con una pequeña compañía.

Ahora sus pensamientos eran recuerdos de festejos pasados, en los que su mamá preparaba la cena y le permitía a él ayudarle. Después gritaba que la cena estaba lista y su padre salía de ese viejo estudio para sentarse en la mesa junto a ellos.
Cuando su padre hablaba y ciertas veces reía, cuando le permitían ser él mismo, cuando su mamá estaba presente...

En menos de lo que pensó unas lágrimas silenciosas salían y recorrían sus mejillas. Cerró los ojos con fuerza.

- Eh... ¿Adrien?- escuchó a su amigo kwami.- ¿Y si salimos un rato? Tal vez incluso veas a Ladybug.

Adrien se incorporó y lo miro con una sonrisa. Plagg pareciese indiferente ante todo lo que ocurría a su alrededor, pero no lo era.

~•~

Diez Deseos (Historia Corta) ||MLB||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora