Sin privacidad

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Abrí la puerta de mi cuarto de baño llevando conmigo mi ropa y mi neceser. Deje las cosas cuidadosamente ordenadas sobre la superficie de mármol y comencé a desnudarme poco a poco. Me acerqué al espejo y aparté mi pelo hacia un lado, dejando al descubierto el lugar donde el maldito vampiro de las narices me había mordido. Suspiré con pesadez, al menos la marca ya se había ido. Ventajas de ser un ángel/demonio. Sonreí al pensar en el relajante baño que iba a tomarme cuando, reflejado en el espejo, lo vi. Vi al más joven de los Sakamaki.

En ese mismo momento, estiré mi brazo para agarrar la toalla que tenía más cerca y me cubrí con ella como pude el cuerpo con rapidez, mientras observaba al albino parado al lado de la bañera y observándome de arriba a abajo.

-_____: ¿¡Que demonios quieres!? - le espeté roja hasta la raiz

-Subaru: Simplemente me preguntaba como era posible que el estúpido de Ayato hubiese podido probar tu sangre sin morir, nada más. - no apartó la mirada de mi en ningún momento, ni cambió si quiera la expresión, pero se le notaba nervioso, además de estar sornojado

-_____: No se de que me hablas - fue mi respuesta mientras le sostenía la mirada

-Subaru: ¡No trates de tomarme por imbécil! - golpeó con fuerza la pared de al lado, rompiendo las baldosas

-_____: ¿No sabes hacer otra cosa que romper la pared?

-Subaru: ¡Tsk! - entonces se acercó con rapidez a mi, acorralándome contra la pared. ¿Acaso hoy es el día de acorralarme?- Me pregunto a que sabrá tu sangre.... - dijo acercando su boca a mi cuello, el cual lamió con delicadeza, sopesando que donde debería morder

-_____: N-no lo hagas! Subaru! - traté de apartarlo, pero era imposible, tenía más fuerza que yo, y, si utilizaba mis poderes sin saber controlarlos bien, podría matarlo- Morirás si lo haces...


Cerré los ojos con fuerza, a la espera de su mordida, pero, justo cuando yo creía que iba a morderme, escuché un estruendoso sonido. El sonido de un cuerpo siendo arrojado contra la pared con fuerza, al tiempo que sentía una agradable y pequeña brisa acariciando mi rostro.

Abrí los ojos y, entonces, lo vi. Era Ayato. Éste había golpeado a su medio-hermano y lo había lanzado a la pared de al lado, contra el cristal de la pared, el cual no era más que pequeños trozos de vidrio en estos momentos.

-Ayato: No vuelvas a tocar las cosas de Ore-sama! - en ese momento, abrazó mi cuerpo contra su pecho en un intento de protegerme de Subaru, además de para proclamarme como suya. ¡Pero como se atreve ese desgraciado a tratarme como si fuese un objeto de su propiedad! - ¿¡ Lo has entendido, amargado ?!

Me aparté de Ayato rápidamente, deshaciéndome de su agarre, y me crucé de brazos

-_____: ¿¡Dijiste que no le dirías a ninguno que me habías mordido?! Has roto el compromiso!

-Ayato: ¡Yo no les he dicho nada, plumitas!- me respondió el en un tono entre desconcertado y lleno de odio- Habrá reconocido el olor de tu sangre...

No sabía que hacer ni que decir en esos momentos. Por una parte, ahora me acosarían todos los hermanos para saber como beber de mi sangre. Por otra, Subaru me había atacado y estaba ahora sentado en el suelo, sobre diversos trozos del espejo y lleno de cortes y sangre. Y por una última parte, estaba Ayato, quien sabía el secreto para beber mi sangre, y quien, además, me había salvado de Subaru y, hace solo unos minutos, de los hermanos Tsukinami.

Mientras observaba a Ayato, me di cuenta de varias cosas. La primera, de que iba únicamente en boxers, cosa que hizo que me sonrojase, y la segunda, que no llevaba el amuleto, por lo que no venía para morderme.

Mientras meditaba mis opciones, ocurrió algo inesperado para mi que terminó por hacer que algo dentro de mi estallase, algo que no entenderé hasta dentro de mucho tiempo. Una dulce voz femenina llamaba al pelirrojo desde la puerta de mi habitación, desde donde observaba la escena. Era Yui, quien llevaba un picardías negro de cuero y una bata de seda despasada. Llevaba sus rubios cabellos revueltos y alguna que otra marca de dientes reciente por su cuerpo. Se la notaba algo agitada, pues todavía jadeaba un poco. Mi lado de diablesa me permitió ver sus niveles de libido disparados

-Yui: Ayato~... ¿Porque no vuelves a la cama~? Todavía no hemos terminado... - dijo ella notablemente excitada

En ese momento, no sabía si me sentía furiosa, asqueada, rabiosa, celosa... Creo que un poco de todo. Miré a Ayato boquiabierta y asqueada. No pensé en lo que hacía, no pensaba lo que decía, pero me dejé llevar por aquel impulso que nació de mi interior. Le di la espalda al pelirrojo y me arrodillé frente a Subaru, dejando que mi toalla se abriese un poco por la parte delantera, dejando a la vista gran parte de mis senos, los cuales podía ver Subaru y, tal vez, una pequeña parte Ayato

-_____: ¿Estás bien? ¿Te ha hecho mucho daño ese bruto? - acaricié el rostro de un Subaru desconcertado y sonrojado mientras le quitaba pequeños trozos de cristal de su pelo y le quitaba el cristal que tenía clavado en el hombro- Siento muchos lo que ha pasado. No creí que ese imbécil nos interrumpiría. - le di un corto beso en los labios a Subaru y me llevé mi muñeca a la boca, la mordí con fuerza, haciéndola sangrar, y potencié con mis poderes la parte de diablesa de mi sangre, algo que no puedo modificar con un amuleto cerca, y deje que mi sangre se derramase sobre su herida, haciendo que se cerrase antes. Cuando esta cicatrizó, lamí la sangre que caía desde su pecho hasta que recorrí la herida y continué un poco por su cuello mientras miraba de reojo a Ayato, quien estaba a punto de estallar en ira. - ¿Estás mejor? - le pregunté con dulzura mientras le sonreía cual ángel

-Subaru: S-sí... Gracias... - entonces, Ayato lo cogió del cuello de la camiseta y se lo llevó a rastras

-Ayato: Dejemos que la protegida se bañe tranquila

Fue lo único que dijo mientras se llevaba a Subaru a rastras detrás de él y cerraba la puerta con fuerza. ¡Por fin podría estar tranquila!

Lancé la toalla a un lado con rabia y me metí en la bañera llena de agua. Mientras limpiaba con delicadeza todo mi cuerpo, no podía evitar que el rostro de Ayato viniese a mi mente. Traté varias veces de apartarlo, pero, de un modo u otro, volvía a pensar en él.... y en mi comportamiento. Sería acaso que... estaba.... celosa de Yui? No. Imposible. Como iba a estar celosa yo de esa? Ni en broma. No. Eso significaría que me gusta, y eso jamás. Me repugna. No, no podría. Jamás. No...

Pensando en esto, terminé por dormirme en la bañera.


AYATO

2 horas después del incidente, entré en el baño sin que se diese cuenta, con la intención de exigirle sangre a la niñita especial. Necesito satisfacerme con lo que quiera. Pero, cuando vi su rostro durmiendo... un rostro lleno de paz... de tranquilidad,,, de dulzura... de amor... de compasión y bondad... El rostro de alguien que no ha podido descansar en mucho tiempo, el rostro de alguien que ha perdido mucho, y no a obtenido nada para compensarlo....

No pude despertarla, algo dentro de mí me lo impedía. Ni si quiera sentí deseos de tocar su cuerpo desnudo como había sentido otras veces... no. Esta vez solo quería estar a su lado. Cuidarla y protegerla para que nadie le hiciese daño...

Como la bañera era bastante grande, casi como un jacuzzi, me tumbé a su lado en el agua. Solo me quité los zapatos, pero no la ropa. Una vez dentro, hice más espuma para poder cubrir nuestros cuerpos con ella y me quedé a su lado, velando por su descanso, observando su rostro, acariciándolo con ternura....


¿A quien trataba de engañar? Me había enamorado perdidamente de ella.


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Gracias a todas por vuestro apoyo. Me alegra saber que os gusta el fanfic. Espero que sigáis apoyándolo como hasta ahora.

Quien iba a decirnos que Yui era tan... tan, eh? XD

Aquí hemos podido ver la parte tierna de nuestro amado Ayato :3


Y bueno! Yo me despido ya! ¡SAYONARA Y FELIZ AÑO NUEVO!

La Sangre Prohibida (Ayato y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora