×chapitre cinq×

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Yo les aviso cuando poner la música, ¿Bien? Por ahora lean.























Error e Ink practicaban en la casa del menor.

Ahora esa era la costumbre de Error, todos los dias ir a practucar con Ink.

Le comenzaba a gustar la música.

Pero más amaba a aquel dulce albino.

Su belleza junto a la música lo hacía aun más digno de un altar.

"Sí supieses cuanto te amo, mí dulce Ink."

-¿Y?...-

-¿Eh?..-Error salió de sus pensamientos al escuchar la voz del albino.

-¿Como te esta llendo con la música?-

-Es buena, supongo...-

-¿Quieres practicar otra canción?-

-Esta bien.-

-Como ya te sabes estrellita, ptra sería suficiente, podemos practicar esta...-

Ink sacó de un libreto una hoja, la cual tenía una canción escrita.

Se la dió a Error y tomó asiento en el sofá.

-Por lo menos no tiene muchas notas...-dijo Error.

-Ese es el punto, primero algunas canciones algo lentas, son buenas para practicar.-

-Bien.-

-Bueno, Yo ire practicando, Adios.- Ink lo abrazó y luego se levanto a buscar un violín.

Error se despidio embobado, luego se levanto con la hoja en mano y se fue a su casa.

Al llegar a su casa, se puso en la sala a practicar, más se le dificultaba.

A veces en los cambios se perdía.

Y se comenzaba a frustrar.

Hasta que...

Una bella melodía, lo hizo calmarse...



(Pongan la música)







Las primeras notas tocadas, lo hacían estar en calma, le llenaban de serenidad.

El saber quien fue el dueño de aquella melodía solo lo enamoraba aun más.

Debía aceptarlo, estaba totalmente enamorado de el albino.

Error rapidamente salió de su casa y fue a la de Ink, sí. Era el.

Aquella pieza que Error estaba practicando, Ink la estaba tocando sin problema alguno.

Era bellísima.

O eso, o era el ser que la tocaba.

La luz del sol entraba por la ventana de la casa de Ink, alumbrando al albino mientras tocaba en la sala de su casa de pie.

Con los ojos cerrados, oía con delícadeza aquella música.

Era hermosa.

Ink era hermoso.

Error se moría por lograr tener a Ink.

Confesarle su amor.

Cada vez lo amaba más.

¿Pero y si le rechazaba?

Ya no importa aquello.

Puede que sea aun un simple niño, pero sabía bien lo que era el amor.

E Ink era perfecto para el.

O almenos así lo veía Error.

No podía preocuparse más, la melodía lo calmaba y relajaba.

Vió que se detuvo, la melodía había terminado.

Ink miró a la ventana a Error, luego dió una leve risa al verle.

-¿Sueles mucho venir a verme por aqui, Rurú?..-

-¿Eh?...-

Ink se sonrojo, se dió cuenta de lo que había dicho y desvió la mirada.

-No, No...Repítelo...-Dijo Error acercandose a la ventana.

-N-No es nada...Solo es que...-

-Anda...Me gustaría oírlo.-

-Rurú...-

-¿y porque me dijiste así?...-

-Bueno, yo... es que como ya eramos amigos mucho... pense que podíamos ponernos apodos, ¿No crees?... C-Claro...si no te gusta...-

-Me encanta.-

Ink miró a Error y sonrió más aliviado, luego se acerco tambien a la ventana.

-¿Y a mí?¿Como me diras?- preguntó Ink.

-Kiky... Mí Dulce y adorado Kiky.-















Aquel día, Error e Ink ya comenzaban a llamarse por apodos melosos.

Música Venenosa[ErrorInk/Yaoi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora