Parte única

1.1K 141 218
                                    

Había una vez un hermoso y espléndido rey con una personalidad encantadora que enamoraba a todo aquel que se le acercara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había una vez un hermoso y espléndido rey con una personalidad encantadora que enamoraba a todo aquel que se le acercara. Sin embargo, el rey solo tenía ojos para alguien en específico, un precioso príncipe de cabello negro y cejas pobladas, con la piel blanca como la nieve y tersa como el algodón. El rey estaba tan enamorado de este enigmático príncipe que decidió confesarse por medio de una hoja de papel, expresándole todo lo que sentía con sinceridad.

No obstante, el príncipe leyó la nota, la observó con confusión y después la dejó en el mismo lugar como si fuera un pedazo de basura.

El corazón del asombroso rey se sacudió por la tristeza, pero no se dio por vencido. Se dijo a sí mismo que debía seguir adelante, intentar por todos los medios conquistar el corazón de su amado príncipe...

—¡Maldita sea, Jean, cállate de una buena vez! —gritó Otabek Altin, quien había estado aguantándole durante más de treinta minutos la letanía de Jean Jacques Leroy, que hablaba de sí mismo como si se tratara de un cuento de hadas—. Si tanto te duele, ve y confiésate de nuevo.

—Bekaaa —lloriqueó Jean, agarrando el brazo de Otabek con fuerza y mirándole con los ojos brillantes—. El corazón del rey JJ está dolido, consuélalo.

—Te juro que voy a golpearte si vuelves a hablar de ti mismo en tercera persona y refiriéndote como "rey" —masculló, pasando la hoja del libro que estaba leyendo.

Estaban en el jardín del instituto, debajo de un árbol, aprovechando los minutos de descanso que les daban. El aire que soplaba era relajante y revolvía sus cabellos.

—De acuerdo, no es para que te pongas agresivo —dijo JJ, haciendo un puchero. Se recostó en la hierba, contemplando fijamente las hojas del árbol que les daba sombra—. No me rendiré.

—Ya lo sé.

—Volveré a intentarlo.

—Sí.

—Porque mi príncipe necesita a un rey que...

—¡Que te calles, joder! —exclamó Otabek, lanzándole el libro en el rostro, golpeándole la nariz con la pasta dura.

—Auch, eso dolió, Beka —murmuró Jean, alejando el libro de su rostro.

—Deja de quejarte y actúa como hombre. Si tanto lo quieres, párate y ve a decirle lo que sientes de nuevo, pero no por medio de una estúpida notita.

—¿Crees que me escuchará? —preguntó levantándose con el rostro animado, ignorando de inmediato que había llamado a su espectacular carta de amor "estúpida notita".

—No lo sé, pero es mejor intentarlo que quedarse de brazos cruzados.

Jean se lanzó a rodearle los brazos en el cuello de Otabek, apretándolo contra sí en un abrazo incómodo.

Tonto y despistado amor |JJSeung|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora