One-Shot

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"Elíseos, esa fue mi sentencia; no sabes lo sorprendido que estuve. Logré llegar al anhelado paraíso del Inframundo, el hogar eterno para aquellos que murieron como héroes. El descanso, la recompensa por sus hazañas.

Aquél lugar tan codiciado que quise dejar en cuanto me dijeron que no estabas allí.

Quise irme, buscarte hasta en el más oscuro rincón del Tártaro si era necesario, totalmente preso del pánico y la angustia. ¿Y si tu alma había quedado vagando en la tierra? ¿Y si habías sido condenado a sufrir en Castigos u olvidar en Asfoledos, a no verme ni recordarme? ¿Y si Hades mismo te castigó desapareciendo completamente tu esencia de este mundo? No me lo perdonaría, jamás. Fue por mi mano que moriste y sería yo quién te protegiera aún del otro lado. Te lo debía. Tú siempre de mi lado; yo era tu bando, el Titán nunca contó con tu fidelidad, yo la tuve incondicionalmente.

Afortunadamente, todo lo que creí fue pura paranoia; no estabas porque habías vuelto a nacer. Me demoré varios días en llegar. En eso, tu tomaste una decisión; volver en otra vida.

Es la segunda en la llegas a Elíseos ¿Verdad? Yo igual. ¿Nos habremos conocido en la anterior? ¿Lograremos Bienaventurados juntos?

No me sentí traicionado o dejado de lado, no. Seguiste nuestra promesa, aquélla que sellamos antes de que yo fuese poseído.

Nos veremos de nuevo en nuestra otra vida. Allí seremos felices, estaremos juntos.

Lo juramos por el Estigio, porque sabíamos que de esa no salíamos vivos ¿Recuerdas?

Seguí tu ejemplo tan pronto como pude, y de la nada volvía a tener una familia. Una con muy buena posición social, por cierto (Lo sabes, amo alardear). Nací en Franconia, Alemania. Mis nuevos padres me llamaron Dustin, Dustin Schleck. Mi cabello seguía siendo rubio, y mis ojos igual de azules, mi piel un poco más palida, y mi altura de más centímetros. Siempre me pregunte, si nos volvíamos a ver, ¿Me reconocerías?

Estoy seguro de que yo a ti, sí.

Porque recordaba todo, mi otra infancia, mis otros padres, mi antiguos amigos. Habían noches en las que lloraba pensando ellos ¿Mi madre siguió preparando mi almuerzo y esperando mi llegada? ¿Mis hermanos sobrevivieron a la guerra? ¿Mis amigas/hermanas me odiarán por siempre? Algunas veces estuve tentado a decirles a mis padres todo, pues ellos se preguntaban porqué mi inglés era tan fluido, porqué mi obsesión a la mitología griega, porqué los reptiles y los objetos cortopunzantes me aterrorizaban.

Pasaron los años y aún no te encontraba; desde el jardín de niños te estuve buscando en cada chico de mi edad, pero jamás apareciste. Cumplí 16 años e ingresé becado a una de las mejores universidades de Berlín, decidí estudiar Relaciones Internacionales. En mi otra vida, las otras culturas siempre fueron mi pasión y aún me encantaban; esta carrera me llevaría a muchos países. Y tal vez a ti.

Dos años estuve estudiado allí, cuatro semestres. Y tal fue mi excelente rendimiento en ese tiempo, que me ofrecieron un intercambio estudiantil a Estados Unidos. Acepté.

No me arrepiento.

Volví a dónde todo había comenzado. Fui intercambiado con un estudiante de una universidad de New York e iba a ser acogido por la familia de este, y él por la mía. Llegué con ellos y me recibieron con gran amabilidad, incluso me ayudaron a organizar mis maletas. Llegó la noche de ese día y para la cena debía esperar al hijo menor, quien estudiaba en otra universidad.

Juro que en cuanto escuché que la puerta principal se abría me morí de nervios, y supe el porqué poco después.

Eras tú. Tu cabello ahora era castaño y tu piel ligeramente bronceada, ese contorno rasgado en tus ojos a causa de tu ascendencia asiática había desaparecido y eras más alto. Pero tu ojos seguían de aquel azul rey que tanto amaba. Es más, ¡Tenías ambos! (Mal chiste, lo sé). Ahora tu nombre era Nathan Donovan, aunque me sonaba mal para ti. Si me reconocieras ¿El nombre Dustin te parecería apropiado?

Do you remember?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora