I. Sentido y sensibilidad

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Detrás del pequeño estante, una novela de 1811 viene siendo carcomida por las polillas y la humedad desde hace casi setenta años: Sentido y sensibilidad, edición de fines de la década de 1950. Leopoldo Cortez compró la novela para su hija cuando esta tenía apenas doce años. Cuando crezcas la podrás entender, le dijo, y escondió el libro tras el estante de cedro de su dormitorio. Luisa, siempre traviesa, resbaló por las escaleras mientras corría luego de ser descubierta tratando de sacar el libro. Días después del lúgubre entierro, Leopoldo se ahorcó, y nadie jamás recordó la existencia del libro.    

Suicidios literariosWhere stories live. Discover now