Capítulo 7 (Parte 2)
Cameron se apartó. El número de David Harrison estaba en el celular de Sara. Contestó de inmediato.
- ¿Señor Harrison? - dijo sorprendida por su llamada. Si su jefe la estaba llamando...era porque tal vez había una esperanza en recuperar su trabajo.
- ¿Se puede saber en dónde mi.erda está? - le preguntó fuertemente. Sara se quedó sin hablar por varios segundos. Cameron fingía no escuchar nada, mientras abría el grifo de la ducha, aún sin meterse en ella.
- Usted me ha quitado el departamento.
- ¿Dónde está?
- En un hotel. - mintió. Cameron se rio por dentro, sin darse a notar.
- Quiero que vengas ahora mismo al edificio ¿vale? La policía necesita testigos.
- ¿Testigos?
Cameron tragó saliva.
- Yo...yo no he visto nada, se lo juro...
- ¿No? ¿Entonces porque has sido la única que ha abierto esa jodida caja fuerte?
- No he visto nada señor, se lo juro. Si supiera algo de ellos... ya se lo hubiera dicho.
Cameron apretó los puños. La conversación subía de nivel. Podía escuchar la voz de Sara entrecortarse. Se pondría a llorar.
- ¿Sabes? Puedo meterte a la asquerosa cárcel si a mí se me da la gana. - le amenazó. - si no vienes en media hora, vas a saber que no estoy mintiendo. - y cortó la llamada, dejando el alma de Sara colgando en un hilo. Soltó un respiro y bajó el auricular de su rostro.
Cameron se volteó a mirarla. Lo había escuchado todo. Cada palabra.
- ¿Ha pasado algo? - le preguntó, fingiendo no saber nada.
Sara volvió suspirar, tapándose el rostro...completamente frustrada. Estaba harta de David Harrison. Harta de su maldito abuso. Se lo había quitado todo, el departamento, el trabajo...todo. Pero encima de todo eso, quería llevarla a prisión.
- Cree que yo sé algo sobre el robo... - le dijo indignada. Sus ojos se llenaron de lágrimas. No podía con tanto. - me ha dicho que si no voy en media hora... va a meterme a la cárcel. - una lágrima salió de sus ojos. Cameron endureció los pómulos. No sabía que parte de su interior le estaba ordenando esto... pero no quería verla llorar. Y si él lo hacía...si ese imbécil de David Harrison la hacía llorar, él lloraría el doble. Ya veríamos si seguiría jodiendo a Sarade tal manera, después de lo que pasaría esa misma noche.
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