El amor de dos enfermos

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Ya dentro de la casa del acantilado....
-Aaron, ¿recuerdas los que nos unió?
-Claro, la venganza a Evan
- No hay tiempo que perder, ¿tu asesinaste a su hija?
-No
-No me mientas, yo te conozco a la perfección y se que mientes
-No la asesiné, ya no esta en mi poder
-¿Qué le hiciste?
-¿Para qué quieres saber? Correrás a los brazos de ese inútil para que nuevamente sea otra derrota para mi
-El no me interesa, jamás lo perdonaré, es solo que no eh podido dormir, la policía sigue investigando y estuve a punto de ir a la cárcel
-No es tan fácil de explicar, el día que ellos planeaban irse de la isla, uno de mis hombres le dio una paleta a la pequeña, y le pidió que volviera por más dulces, pero no podía decirle a nadie, y llegando la tarde la pequeña salió a la orilla de las olas, mis hombres la llevaron a la camioneta, así llegó hacia mi
-Eres un idiota Aaron ¿por qué no pediste rescate? Hubieses sacado bastante dinero con esos dos estúpidos
-¡Tranquila mujer! No la maté, su peor castigo es vivir con la incertidumbre, esa niña jamás sabrá nada de lo que pasó, conseguí venderla a una pareja de Tuzza, eso esta lejos de aquí, pagaron muchísimo por ella
-Eres un maldito, pero hiciste lo correcto, Evan tenía que pagar
Hacercandose a los labios de Lisa, Aaron susurra;
-Podemos hacer eso y mucho más juntos, incluso ser felices e intocables, solo te necesito a ti, Regresemos a la isla, donde solo juntos podemos reír
Mirándolo a los ojos, Lisa le da un beso, con alegría lo abrazó, gritando, ¡vamonos ahora!
Una vez llegando a la isla, Aaron siguió con sus negocios sucios, compraron una casa con vista a la isla, una grande, como Lisa había soñado.
Juntos eran imparables, ella aprendió a manejar armas, se convirtió en la mano derecha de su amado.
Unos años después lograron convertirse en el terror de la isla.

Agua turbiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora