Capítulo I: Resistance

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Fuera de todo pronóstico y aunque todos a su alrededor se negaban a creerlo, Seokmin se negó retundamente a tener que casarse solo por que el gobierno se lo fuese a indicar.

La madre del chico lloraba desconsoladamente en los brazos de su esposo ¿Cómo es que su hijo, el mejor portado estaba haciendo tal berrinche?

-¡Mira lo que haz hecho!- dijo enojado su hermano menor -Ni siquiera haz recibido el aviso...

-No es necesario, estoy haciendo mi propio aviso, no me voy a casar solo por que el sistema me emparejó con una desconocida que es "compatible" conmigo- espetó el azabache.

Llevaban más de una hora discutiendo sobre lo mismo y supo que era momento de parar de pelear cuando a todos les dió migraña y su familia lo miraba con reprobación.

Fue a su habitación, tomó un par de mudas de ropa y otros objetos de valor para él, los metió en su mochila para enseguida salir furioso de esa casa donde nadie cuestionaba nada.

¿Por qué SeokMin odiaba tanto ese software que te aseguraba la felicidad a futuro?

(...)

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Asunto: Una importante noticia del Gobierno de China para usted.

Su información, en base a su deseo y después de una ardua revisión, su pareja de matrimonio ha sido decidida:

Residente en la ciudad 0101001101100101011011110111010101101100001011000010000001000011011011110111001001100101011000010010000001100100011001010110110000100000011100110111010101110010

Nacid01101111 el 18 de 01100110011001010110001001110010011001010111001001101111 del año 00110001001110010011100100110111
Su nombre 0100110001100101011001010010000001010011011001010110111101101011010011010110100101101110

ᴄᴀʀɢᴀɴᴅᴏ

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ᴄᴀʀɢᴀɴᴅᴏ

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Error 404

Sorry, we are rediscovering your love.~

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Se escuchó el sonido de un objeto de cristal hacerse añicos. Los ojos del castaño se abrieron desmesuradamente al ver la mano de su padre ensangrentada. Su papá estaba enojado, había quebrado la taza en la que estaba bebiendo café tan sólo unos 30 segundos antes.

-Ahora si me van a oír esos estúpidos del Ministerio de Bienestar- el señor tomó las llaves de su auto para después dirigirse a la salida.

-Cariño, espera, primero por favor cálmate...

-¿Cómo quieres que me calme, mujer? ¿No ves lo grave del asunto?- dijo en voz alta, sacudió su cabeza e hizo una pausa para respirar profundo, después de todo su esposa no había hecho nada como para que le gritara -todos los vecinos ya saben que Jun aún no tiene pareja asignada ¡esto le puede afectar en el colegio si no hacemos algo! ¡Me preocupa el futuro de nuestro hijo!

-Lo sé, cariño, lo sé. Yo también estoy preocupada pero antes debes relajarte. Si vas así todo alterado sólo vas a conseguir que te echen los guardias de seguridad. Anda, te voy a curar estás heridas y luego veremos qué podemos hacer- lo tomó de las manos y lo acercó a un sillón de la sala de estar.

-Junnie ¿Podrías traerme el botiquín?- dijo dulcemente la mujer a su hijo mayor que miraba a la nada algo aturdido -¿Jun?

-Ah...¿Sí?- respondió mecánicamente, sus ojos carecían de brillo.

-El botiquín.

Jun asintió para enseguida ir en busca del objeto en el baño.
Tomo la cajita de primeros auxilios que estaba ubicada debajo del lavamanos.

El tono de llamada de su teléfono sonó sacándole de sus negativos pensamientos.

-Hol...

Felicidades! ¿De qué provincia es?

-¿Eh? ¿MingMing? ¿De qué hablas?

-Estoy preguntando por tu pareja asignada, tontito.~

-No hay nadie para mí. Es igual que la última vez- sentía sus voz a punto de quebrarse. Llorar y quedar en ridículo era lo último que quería hacer.

-Jun...- el castaño soltó un sollozo, alarmado un poco a su amigo -Todo está bien, aquí estoy para ti... ¿Quieres que vaya a tu casa a consolarte?

-Idiota, no hagas eso, sabes que mi papá te mataría si te viera cerca- rió ante la absurda idea que le había propuesto -hay que vernos en el ciber café, en 20 llego allá ¿Ok?

-Vale. ¿Jun?

-¿Sí?

-Te amo.

Wen sabía que aquellas palabras no eran dichas con alguna mala intención sin embargo no podía evitar tomarlas como un gesto de lástima.

-Yo también te amo.












LILAnorberth 📄

Hilo Rojo: InminenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora