Capítulo 1/Mi celoso.

58 5 7
                                    

—Joder amor ya basta con esto, te comportas como un niño pequeño—dije entre risas.

—No, déjame no te oigo.

—Vamos Amor, no seas exagerado.

—¡¿Exagerado?! Ese idiota te estaba abrazando y además yo veo como te mira ¡Tu no!

—Pero amor el sólo me estaba dando las gracias. ¿Y mirar de que manera? El sólo me mira como un amigo.

—Yo soy amigo de Marcie y no la miro de esa manera.

Comencé a caminar cada vez más lento hasta el punto de detenerme y me senté en la vereda.
Él se detuvo y miro hacia atrás. Dio un par de pasos y se sentó a mi lado.

—Vete, no quiero estar contigo, eres muy celoso. Tal vez tengas celos del chofer del autobús, prefiero tomarlo sola.

—Mmm es muy probable conociendome pero... Yo no te quiero dejar sola, tu sabes que nunca te dejaría ir mal o triste. Siempre voy a estar para ti y vamos a solucionar los problemas, juntos.

—Me gustas mucho cuando sacas tu lado romántico e inteligente—dije mientras me recostaba y ponía mi cabeza sobre sus piernas. Él me miro dulcemente y luego dejo un corto beso en mis labios, luego otro y otro y otro hasta que comenzó a repartir besos por toda mi cara mientras yo reía como loca.

—Que mal, a mi me gustas siempre.

—Tal vez podríamos arreglar eso—dije mientras levantaba lentamente mi cabeza y acercaba nuestros labios.—Si dejaras de ser tan celoso.—termine y me puse rápidamente de pie.


¤¤¤

—¡Amor! Mis pies... ¡Ya no puedo mas!— exagere.

El giro los ojos y se puso de rodillas sobre el piso. Caminé hasta estar frente a él, lo mire extrañada y ladee la cabeza para luego decir—Acepto.—mientras estiraba una mano y hacia una pésima actuación de emoción.

El sólo río ante mis ocurrencias y se puso de pie.—Amo tu locura —susurro cerca de mis labios.

—Yo odio que seas tan malditamnete alto— dije rozando nuestros labios.

—Y yo amo que seas de bolsillo.—dijo y comenzó a reír como desquiciado, Le propine un ligero golpe en el pecho y seguí caminando.

—Te vez adorable cuando te enojas—Trotó para quedar a mi lado y luego pasar al frente de mi. Cuando estuvo a una distancia considerable se puso de rodillas como la vez anterior y está vez acepte su oferta para que me llevará en su espalda el resto del camino.

—Que feo se ve el mundo desde tu altura. Desde abajo puedes ver las cosas con más detalle. Sin considerar el maravilloso hecho de poder columpiar mis pues cuando me siento.

—¿A sí? pues desde aquí arriba tienes una vista más amplia y puedes mirar más de cerca el cielo. Sin contar el maravilloso hecho de que no tienes que pelear con nadie para poder mirar la pizarra.

—Bueno cuando piden participación en clase ser bajo es de mucha ayuda ya que casi no te ven y te puedes encojer aún más en la silla para mayor seguridad.

—No me molesta participar en clases amor, no todos tenemos esa increíble falta de personalidad tuya.

—Al menos cuando yo hablo voy segura a responder algo con sentido y correcto, no un "Por que si"—dije imitando un tono de voz grave y estúpido.

Mi historia De amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora