II. Castigo.

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Lunes por la mañana, las clases iban comunes y corrientes, pero a la hora de literatura, Park Ho notó la ausencia de Yu-Chul, por lo que suspiró y tratando de no pensar en ello continuó con su clase. Cuando el joven Yu-Chul llegó, el profesor lo vio de reojo, pero no le permitió pasar, así que éste se fue junto a su combo de mala conducta a molestar a los de nuevo ingreso. Al finalizar la clase el profesor lo mandó a llamar con uno de sus compañeros y aunque éste no quiso ir, al final se decidió y se encaminó al aula, abrió la puerta al llegar, pasó y tomó asiento frente al escritorio de Park Ho, sin decir nada; el rubio se levantó de su lugar y caminó hasta la entrada, pasando seguro a la puerta para más privacidad, ya que ésta no tenía ningún tipo de ventanilla y las paredes tampoco, por lo que no corría el riesgo de que los vieran. Llevando su mirada al menor, se acercó nuevamente a él.

- ¿Por qué has llegado tarde otra vez? –preguntó Park Ho, estaba molesto.-

- Digamos que la fiesta de anoche no me dejó dormir temprano. –confesó el castaño, con una sonrisa.-

Chasqueando su lengua, Park Ho frunció el ceño, ya no sabía qué hacer para corregir al chico de ese mal camino que había elegido.

- Ah... para eso sí tienes tiempo. - el mayor se levantó, ceñudo.- te has ganado un castigo Jung Yuchul.

Alzando una ceja, el menor lo vio, sin imaginar qué castigo podría ponerle.

- ¿Ah, sí, cuál castigo? –dijo en tono confuso.-

- Como tu profesor, te pongo como castigo limpiar el salón, no quiero ver ni un granito de polvo... Como tu novio tu castigo será ir a mi casa esta noche ¿ok? -se volvió a sentar señalando un lugar del salón.- comienza a limpiar, las cosas están por allá.

Yu-Chi frunció el ceño y de mala gana tomó las cosas y se puso a limpiar, odiaba los castigos, de hecho esperaba más comprensión de parte de Park Ho.

- ¿Y si me rehúso a ir esta noche a su casa? -dijo el menor, mientras limpiaba.-

- te lo haré aquí. –Park Ho subió sus pies al escritorio.-

El acento seguro y decidido del mayor hizo dudar a Yu-Chul sobre su incapacidad de hacer algo riesgoso en ese lugar.

- No te atreverías. -dijo el castaño, sorprendido.-

- Ponme a prueba y verás. -soltó una risita maliciosa.-

Vio por un momento aquella ladina sonrisa en el rostro de Park Ho, para luego desviar su mirada y continuar en lo que estaba haciendo.

- Pues no iré, sabes, tengo una fiesta esta noche así que no se podrá. - replicó el castaño.-

Al escuchar esto, esa sonrisa se desvaneció con un sentimiento de enojo y decepción, mirándolo limpiar el salón.

- Vives de fiesta en fiesta, Jung. -dijo el rubio, frunciendo el ceño.-

Yu-Chul sonrió victorioso ante su enojo y añadió, "las fiestas son mi vida". Al terminar de limpiar guardó todos los utensilios y se dispuso a salir, sin decir nada ni despedirse del mayor, pero justo antes de tocar la puerta, sintió cómo Park Ho lo tomaba del brazo y tiraba del mismo para atraerlo a su cuerpo.

- Tú no vas a ningún lado. - le dijo el mayor.-

Ni siquiera supo cuando comenzó a besarlo salvajemente, devorando sus labios, pero el alumno trató de separarlo, intentando hacerse el difícil, aunque no lo logró, sus besos eran tan exquisitos y apasionados que no tardó en dejarse llevar por él, soltando suaves suspiros con su cuerpo estremeciéndose de mil maneras, deseoso del placer que sólo su profesor podía darle; Park Ho lo llevó hasta su escritorio, recostándolo en el mismo, encerrándolo sus manos puestas en los bordes de este mientras continuaba el salvaje beso lleno de lujuria y deseo.

I'm your Daddy || JikookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora