IV. Ruptura.

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Yu-Chul caminó por el lugar de verde pasto y flores de alegres colores, llegando al fin, al enorme árbol debajo del cual vio a Park Ho recostado, le transmitía una calidez y una serenidad tal que sentía la necesidad de estar a su lado, así que se acercó más a él y se sentó a su lado, en silencio, vio sus rosados y gruesos labios por unos segundos, para después inclinarse y posar los suyos sobre ellos; al sentir el tacto de los labios del menor, Park Ho no tardó en abrir sus ojos, sorprendido por tal acto, pero estaba molesto con el ¿por qué le hacía esto? Su primera intención fue de empujarlo, pero no pudo, se dejó llevar por su beso. A medida que se pasaban los segundos la intensidad con la que se besaban aumentaba y Yu-Chul poco a poco fue subiéndose sobre él, sus besos eran dulces, no quería despegarse de él, se le hacía imposible, pero en un momento de lucidez entre aquel cariñoso beso, Park Ho colocó sus manos en el pecho ajeno y empujándolo, logró separarlo antes de perder por completo la cordura y olvidarse otra vez de lo que había hecho.

- ¡Jung, para! -El mayor lo llamaba Jung solamente cuando estaba molesto y Yu-Chul lo sabía.- ¿a qué has venido?

- No lo sé profesor, yo sólo vine a caminar y lo encontré. - lo miró de la misma manera seria.-

- Bien... Yo ya me iba. se levantó.- buenas tardes, joven Jung.

Levantarse no fue tarea fácil, tuvo que luchar contra la parte de sí mismo que le decía que se quedara y arreglara las cosas con Yu-Chul, pero estaba cansado de que siempre fuera igual para él, así que arreglando su ropa, se dio vuelta, pero antes de que pudiera dar un paso, Yu-Chul ya lo había tomado de la mano.

- ¿Por qué le dijo a mis padres sobre mí comportamiento?

- Sólo trato de ayudarlo, joven. -el mayor se detuvo, pero no volteó a verlo.-

- ¿ayudarme? -dijo el castaño, molesto.- ¿eso es lo que dijo? ¿ayudarme? Sólo logró que mi padre me golpeara y castigara.

- Es su padre, el verá la manera de educarlo, yo sólo cumplí con mi deber de decirle. -dijo sin mirarlo e hizo que soltara su mano.- ya que mis consejos no son bien recibidos... Ahora me retiro, hasta mañana, joven Jung.

Al escuchar esto, Yu-Chul frunció el ceño, mirándolo fijamente mientras soltaba su mano.

- Sí, se nota lo mucho que me ama. -le levantó del pasto y limpió su ropa.-

El profesor no dijo nada, tampoco quería mirarlo, estaba llorando y no quería que él no viera así, tan solo pensar en la humillación y la vergüenza de que él viera sus lágrimas era motivo de mortificación para él, así que evitó como pudo hacer notorio su llanto. Estando ya liberado del agarre del menor, caminó hasta perderse de su campo de visión y al estar ya relativamente lejos volvió a sentarse bajo otro de los muchos árboles del lugar, a llorar como un niño pequeño, secando aquellas lágrimas que salían sin control de sus ojos, lleno de dolor; el joven tomó sus cosas y caminó frunciendo el ceño mientras limpiaba sus labios con el dorso de su mano, alejándose de allí hasta llegar a su casa, donde, sin saludar a nadie fue directamente a su habitación y de allí no salió en todo el resto de la noche.

Al día siguiente el profesor Park Ho fue a una excursión con su alumnado, excepto, por supuesto, Yu-Chul, aunque no estaba sorprendido, ya le parecía un esfuerzo mal gastado el intentar corregir lo incorregible. Ese día salió más temprano, ya que casi no tuvo que dar clases, así que guardó sus cosas y fue al salón vecino, tocando la puerta abierta al entrar para llamar la atención de la delgada mujer que guardaba sus cosas.

- ¿ya se va, profesora? –preguntó el rubio.-

- Sí, ya no tengo más clases hoy. –contestó ella con amabilidad.- ¿usted también se irá? 

I'm your Daddy || JikookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora