4. No, otra vez tú no

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Tiffany POV's

Entro junto a Diana a la escuela y puedo notar como todos posan la mirada en nosotras, o mejor dicho, en mi.

—Mira, ella es la chica del vídeo— oigo como le dice una chica a otra.

El vídeo en YouTube se había vuelto viral, tenía más de dos millones de vistas y hasta la heladería a la que fuimos ganó más publicidad.

Y ahí estaba yo, siendo el centro de atención de todos y todas, y eso ya me comenzaba a intimidar.

—¡Hey chica ruda!, muy bien hecho, y si ese chico te vuelve a molestar, me llamas— me dijo uno de los chicos más populares de la escuela antes de darme su tarjeta y guiñarme un ojo, este se encontraba junto a sus dos mejores amigos rodeados por animadoras y con la misma rapidez que vino y me dijo eso, se fue, raro, pero hermoso.

¿Sabes de ese vídeo del chico que hizo público que le hacían bullying y todos los famosos lo apoyaron? Bueno, no habré recibido el apoyo de Justin Bieber, pero con tan solo que el chico más popular de mi instituto, tan siquiera me dijera "Hey" y me diera su número,  emotiva.

Espera un minuto, que el tiempo se detenga, tengo que rebobinar lo que acaba de pasar.

¡OH, DIOS MÍO! ¡SANTA PAPA QUE ME COMÍ FRITA AYER! ¡¿Cómo es que no me di cuenta hace un microsegundo?! ¡Tengo el número de Dylan Jersson! ¡TENGO EL NÚMERO DEL CHICO MÁS CODICIADO EN MI INSTITUTO! Esto es un logro personal.

—Entonces... ¿que va después del 9? es que no lo alcanzo a ver desde aquí— me pregunta Diana con su móvil en manos.

—342— entonces es cuando reacciono—¡Oye!— digo y escondo la tarjeta.

—¿Qué? No es mi culpa que tengas el número al descubierto, tienes suerte que ninguna arpia se dio cuenta de tu inquisición.

—Porque eres mi mejor amiga eh, porque o si no te consideraba una de ellas.

—No me confundas con una de esas rubias oxigenadas, sabes que no soporto a las rubias.

—¿Todavía te queda ese trauma?— le pregunto mientras cruzo los brazos.

—¿Qué esperas? Lo que sucedió en su tiempo fue traumante.

—Si, claro como tú digas.

Después de una ya casi matutina charla sobre el desprecio que le tenía Diana a las rubias teñidas, nos fuimos cada una para nuestras aulas, puesto que yo era un año mayor que ella.

Al entrar a mi aula pude notar que sucedió lo mismo del pasillo, todos me miraban, así que un poco acomplejada me senté rápidamente en mi sitio.

—Pss, chica arruina planes.

Oigo decir tras mi en baja voz, volteo a ver quién es, aunque ya sé quién es, el chico suicida.

—¿Qué quieres chico suicida tira batidos?

—Aparte de que tú feliz existencia se termine, que me devuelvas mi cuaderno.

—Yo no lo tengo.

El chico suicida sonríe con burla y morfa, pero solo mueve los labios, por supuesto, ese chico no ríe ni aunque el mismísimo Jim Carrey viniera y le representara cada uno de sus éxitos.

Mundo de colores (Pausada por edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora