Plenitud

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 Je-Jeno...

Renjun suplicó por última vez, quería correrse y Jeno no le dejaba las cosas fáciles, por lo que el vibrador que Jeno le había metido ya lo tenía al borde de la locura. Ya no soportaba tantas sensaciones juntas y el pelinegro se jactaba de eso, le encantaba ver su cara sonrojada y contraída del placer. Había agarrado una hermosa afición por ver esa carita en Renjun y esperaba verla mucha veces de la misma manera.

Jeno se mordió el labio; ver al mayor le excitaba muchísimo. Sacó su lengua y la pasó por el labio inferior de Renjun, quién soltaba gemidos lastimeros, su pene dolía por no ser atendido, pero al pelirrojo le daba vergüenza pedírselo al pelinegro, así que tragándose la petición soportaba la humillación.

Renjun que era inconsciente, nublado por el placer, se acercó más al menor y abrió su boca para darle paso a la lengua de Jeno, quien sin esperar alguna orden la metió dentro. El mayor soltó otro gemido al sentir como su lengua competía con la de su amigo, en una danza hipnótica y sensual. Les faltaba el aire, pero ninguno quería parar, por lo que con desespero se comían mutuamente, con pasión y hermosa dulzura.

Cuando no pudieron aguantar mucho tiempo más se separaron, ambos con la vista nublados del placer y un fino hilo de saliva aún uniéndolos.

Parecía el sueño erótico de Renjun llevado a la realidad. El mayor, no se esperaba que Jeno fuera así de intenso, de hecho no se lo esperaba de ninguna forma y saber que el menor compartía con el varios deseos prohibidos, subía su livido a niveles más exorbitantes. Su corazón latia desbocado,  incluso tenía hasta un poco de miedo que le fuera a dar un paró cardíaco de tantas emociones juntas.

Renjun soltó un gemido lastimero al sentir que Jeno retiraba ese juguete avasallador de su interior. Aún recuerda lo sorprendido que estaba cuando Jeno se acercó hacía él y le amenazó si no le dejaba meterlo en su agujero apretado. Estaría mintiendo si el pelirrojo no se exitó por la dominancia que ejerció el menor sobre él, así que ni corto ni perezoso se dejó, además de llegarse a preguntar como es que el menor tenía ese juguete en su habitación. Pero eso sería algo que después le comentaría al otro.

Así que así es como llegó a tener ese dulce juguete dentro, haciéndole retorcer y agonizar del éxtasis, frente a los ojos lujuriosos del pelinegro quien lo veía con deseosa admiración.

Apretó las piernas por última vez antes de ser separadas bruscamente por el menor y soltó un jadeo.  Observó al menor entre sus ojos encandilados y miró como chupaba sus dedos con desespero antes de incrustar toda la extension de un dígito en su entrada; el cual comenzó a mover haciendo fricción con sus paredes internas, queriendo aflojarlo más aún.

Renjunnie, ¿Se siente rico?.

Mencionó el pelinegro sosteniendo una de sus rodillas para abrirle las piernas aún más. — Puedo sentir como tratas de sacar mi dedo ¿Qué pasaría si meto otro?. —El mayor soltó un gemido al sentir como era estirado ahora con dos dedos.

—¡Vamos Renjun. Responde!

—¡Si!

—¡¿Si qué?! Renjun, no te entiendo nada— Dijo el menor con una sonrisa descarada, disfrutando de como el mayor luchaba con su propia vergüenza.

Quiero... mgh —Se mordió el labio.—quiero... ughh...woow..
que rico se sintió eso...—mencionó el mayor cuando Jeno logró dar varias veces en su punto dulce, haciendo que los dedos de los pies se enroscaran y la piel se le erizara completamente.

CrossDressing [ReNo-NoRen/NCTDream]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora