Capítulo 228

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Narrado desde el punto de vista de Rubius.

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La leche y los cereales bailaron en el cuenco con proximidad a caerse, no entendía por qué se había irritado tanto... bueno... en realidad sí lo entendía, había pasado algo. Salí rápidamente de la cocina sin ganas de hablar con él, quería desaparecer un poco, irme, pensar y reflexionar sobre lo que estaba pasando... Mangel, Japón, Alexby... ¿qué tenía que ver Alexby en todo esto?

Me puse a meter algo de ropa en una mochila pequeña, iba a ir a casa de mi madre a pasar al menos el día de hoy, no tenía ganas de ver a Mangel, no tenía ganas de ver a nadie... quería estar solo.

Salí de la habitación encontrándome de frente con Mangel, me quedé mirándole y él seguía igual de tranquilo que antes, yo no podía evitar estar serio, nunca antes me había sentido tan vacío como ahora. Salí de allí escuchando la voz de Mangel llamarme, me agaché por el pasillo para coger a Raspberry y salí por la puerta dando un portazo. Bajaba las escaleras y mientras la gata estaba totalmente mansa en mis brazos, seguramente notaba que estaba cabreado y cualquier movimiento o locura que hiciese significaría cabreo hacia ella por mi parte. Cuando bajé enseguida me puse a buscar un taxi, no tenía ganas de llevar a la gata por todo Madrid y que se me acercase alguien a verla, tenía ganas de estar solo. Cuando por fin paró uno que me dejaba llevar a Raspby así, le indiqué donde estaba la casa y empezó su trayecto. No pude evitar mirar hacia detrás un momento... no sabía qué hacer... tenía un cacao en la cabeza en ese instante que seguramente acabaría explotándome en cualquier momento. Al fin llegué a casa, llamé al número de la casa y sonó la voz de mi madre que rápidamente le contesté.

-Mamá... soy Rubén, ábreme por favor.

En seguida sin preguntar me abrió y subí las escaleras hasta su piso, ella en seguida se acercó a mí con la puerta abierta, Raspberry saltó de mis brazos para entrar a casa corriendo, mi hermana estaba en el pasillo mirando hacia la puerta mientras recibía el abrazo de mi madre y no pude evitar empezar a llorar.

-Joder...

-¿Qué te pasa, Rubén?

-Solo abrázame.

Escuché su suspiro y luego su cabeza en mi pecho, joder, odiaba ser tan alto, me gustaba cuando mi madre ponía su hombro y podía llorarle, ahora yo era mucho más alto que ella y eso me deprimía aún más, supongo que al fin y al cabo empezaba a ser un adulto. Mi madre al rato se separó un poco, me quitó las lágrimas como pudo y solté una risa, era gracioso ver como intentaba ponerse de puntillas y quitármelas.

-No hace falta mamá –dije mientras me las quitaba yo con las manos.

-¿Qué te pasa? Anda, entra a casa.

Entré por delante de ella, la pequeña ya estaba mirándome con cara de pena, seguramente se habría quedado un rato ahí sin decir palabra, pero entonces se me acercó corriendo y me puse de cuclillas para mirarla porque se dedicó a extender las manos que entre ella y yo significaba que quería que me agachase.

-¿Hermano?

-Estoy bien... -dije mientras ella me ponía su pequeña mano en mi mejilla y me limité a sonreírle- estaré bien

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Este Capítulo fue publicado el 14/09/13 en http://mangelandrubiusislove.tumblr.com/

Mangel & Rubius Is Love [Primera Temporada] [Capítulos 199 a 233]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora