Capítulo 232

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Narrado desde el punto de vista de Rubius.

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Después de la llamada me pasé llorando cerca de 20 minutos mientras que la mujer seguía haciendo los grabados, cuando escuché que el sonido de la máquina cesaba me limpié las lágrimas corriendo para acercarme donde ella estaba, estaba claro que era la persona más agradable que me había encontrado hoy día.

-Muchas gracias –dije mirando los colgantes en mis manos.

-Están un poco arañados... ¿seguro que los quieres?

-Sí, sí, son perfectos.

-Supongo que los querrás con alguna cadena...

-Sí, por favor.

Nos fuimos al escaparate de antes y me enseñó varias cadenas, aunque yo desde siempre las prefería largas, odiaba tenerlas pegadas en el cuello, así que pensé que tal vez Mangel se sentía igual con ellas, me decanté por unas suficientemente largas. Pagué a la chica y de más compré unos pendientes que terminaron en manos de ella, había pensado que después de toda las molestias era lo mínimo que podía hacer... ¿qué coño me pasa? A mí antes no se me ocurrían estas cosas... había cambiado, mucho.... Por Mangel. Tal vez ahora que me iba a Japón y me iba a olvidar un poco de todo esto, volvería a ser el que era.

Sin darme cuenta estaba en la puerta de mi antigua casa, dispuesto a llevármelo todo junto con mis recuerdos. Subí mientras que abajo me esperaba una furgoneta proporcionada por el representante de la empresa para llevar mis cosas, Mangel no estaría, seguramente se habría ido a algún sitio a reflexionar y pensar un poco en todo lo que estaba pasando... aunque él aún no sabía nada de Japón, y debía contárselo al menos antes de irme. Cuando terminé de meter todas las cosas en cajas que me había proporcionado el propio hombre de la furgoneta, miré por última vez la habitación, encontrándomela totalmente vacía, como si nadie hubiese pasado por allí... pero sabía que eso no era cierto...

Me fui hacia la habitación de Mangel sin darme cuenta mientras que el hombre seguía bajando mis cajas, Mangel... ¿por qué habíamos acabado de esta forma? Porque él no me quiere... ¿por qué se liaría con Alex sino? Y Alex... ¿está mintiendo a Willy? No me metería en ello... solo me interesaba que él no me quería, no me amaba... pero a pesar de ello estaba aquí llorando como un imbécil porque después de todo... lo seguía queriendo. Terminé de lloriquear como una nena y me fui de allí antes de que él llegase, me subí de copiloto al coche del empresario o mierdas... ya no sabía qué nombre ponerle...

-Perdone, su nombre era...

-Francisco, Francisco Vergara.

-Francisco, ¿cómo van a llegar mis cosas a Japón?

-No te preocupes, son más eficientes de lo que te crees –se rió.

No, si eso me lo creía, pero tenía miedo de perder mis recuerdos...

-Recuerda, el avión es mañana a las 20:00 –dijo mientras me daba los billetes en la puerta de mi casa y la furgoneta esperaba detrás- no puedes llegar tarde y no pueden esperarte, date prisa y ten todo preparado, nosotros nos llevamos tus ropas en las cajas, llegará todo seguramente en dos días, así que allí mismo tendrás algo para ponerte una vez llegues. Igual dejaremos que una caja vaya en el vuelo por si se retrasa la ropa –miró la hora y me miró de nuevo- es bastante y demasiado tarde, así que ya nos veremos chico.

-Espere, ¿y mi trabajo aquí?

-Ya me encargué yo, y de todas formas puedes aparecer mañana por la mañana antes de irte... ¿no?

Sentí un vuelco en mi corazón, la idea de encontrarme a Mangel y no saber que decirle... joder. Entré a casa y ahí estaba mi madre, sabiendo que algo pasaba, y cómo no saberlo... me acerqué a ella, se lo tenía que contar todo, despedirme.

Mangel & Rubius Is Love [Primera Temporada] [Capítulos 199 a 233]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora