Todo por un fagot

¿Será amor?

Luego de pensarlo unos días regresé a la orquesta, pero al llegar el director me despidió, dijo que me había comportado muy irresponsable; así que decidió despedirme.

Caí hacia una enorme depresión, sin trabajo, herido, porque Ivanna me había traicionado, no tenia ganas de nada, ya no practicaba más, no veía la televisión, ni escuchaba música, no me importaba en absoluto el nombre de Ivanna.

La única solución era suicidarme; así que, tome una cuerda y la colgué, la puse alrededor de mi cuello, no quería seguir viviendo, ya no había más que hacer, sin trabajo, ni siquiera tenía amigos como tales, además a nadie le importaría que yo ya no estuviera.

Estaba a punto de tirar la silla donde estaba cuando, de repente, sonó la puerta, me quité la soga del cuello y abrí camino para ver quien era; sin embargo me había olvidado sobre la silla y aquella soga que dejé colgada cerca de la puerta de mi hogar. Al abrir la puerta me sorprendí al ver qué era Ivanna.
-Hola Marcos, vine a ver cómo estabas porque supe de tu problema de la orquesta y quisiera ayudarte- dijo Ivanna con tono amable, pero yo estaba muy enojado.

-¡No quiero tu ayuda! Lo único que hiciste fue quitarme el estelar y mi trabajo, no sé cómo supiste mi dirección pero no quiero que vuelvas.- dije muy furioso y cortante. Luego de eso cerré la puerta y no dije nada más, no supe si Ivanna seguía afuera o se había ido.

Enseguida alguien tiró un sobre bajo la puerta y lo abrí, en el decía:

Marcos, no se lo que te pasa, sé que no eres así, espero que vuelvas, desde que te conocí te considere un amigo y ahora incluso puedo decir que estoy enamorada de ti; sin embargo, si sigues con esa actitud ten por seguro que no te consideraré ni siquiera un amigo.
Te deseo lo mejor
Atte.: Ivanna

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Hola lectores, disculpen mi retraso de la publicación, espero que les agrade la historia y cualquier sugerencia me sirve, gracias.