"Entre Luz y Sombra" (Donghae x Fan) Cap. 3

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Título: "Entre Luz y Sombra"
Duración: 3 / ??.
Pareja: Donghae x Fan (Tu)
Apariciones: Lo verán a lo largo de la historia, aparecerán algunos nombres conocidos ^^
¡Apta para todo Público!

Narras Tu:

El perfume de aquel chico estaba impregnado en la rosa blanca que llevaba en mis manos, un perfume bastante parecido al que estaba impregnado en el traje del armario.
Subí las escaleras lento, mirando la rosa. ¿Como es posible que existiese una flor tan perfecta?
-¿Se puede saber que ha ocurrido?- preguntó Zhoumi al final de la escalera con los brazos cruzados.
-Yo... no lo sé, es decir, si, si lo sé pero... es extraño- respondí confusa.
-Bueno, yo no veo tanta confusión, tomaste una rosa del suelo y comenzaste a hablar con la nada- dijo el chico a mi lado.
-¿Que? ¿No lo has visto?- pregunté con los ojos como platos.
El chico negó con la cabeza y volvimos a la habitación. Abrí el armario, el traje ya no estaba.

Volví a mirar por la ventana, Zhoumi me veía pasar de un lado a otro.
El joven estaba vistiendo el elegante traje y estaba parado junto a los árboles sonriendome, saludandome con la mano.
-¿No lo ves?- le pregunté a mi amigo, el chico chino se acercó a la ventana y preguntó:
-¿A quien quieres que vea?-
Mis ojos se abrieron aun más, de par en par.
-Creo que necesitas ir a un psicólogo- agregó el chico riendo.
-¡No estoy loca!- me quejé.
-Está bien, esta bien, pero... mantenlo en tu mente- sonrió como solo él sabía hacerlo y tomó su teléfono.
Comenzó a llamar a Sulli, una y otra vez, la chica no contestaba.
-Tu casa es rara, no tengo antena aquí- dijo el chico mientras miraba extrañado su celular.
-Bueno, no te quejes, al menos tienes con qué comunicarte, mi celular perdió su bateria desde que llegué aquí, mi laptop se averió, solo agarro un par de canales de tv, y, bueno... me la paso escribiendo- dije tirandome en la cama
Zhoumi se tiró a mi lado.
-¿Algo más que no te vaya bien?- preguntó mirandome.
-Bueno... algunas veces me pasan cosas como la de hoy. Ese chico... lo veo en todos lados, o, pierdo cosas que vuelven a aparecer.- Dije convencida- Mimi Gentleman... creo que estoy quedando loca-
El chico rió, se enderezó en la cama y tomó mi mano antes de llevarme a la cocina.
-Cocinemos- dijo decidido, reí y comencé a cocinar con el chico.
-¿Y por que ese arranque de cocina?- pregunté aun entre risas. 

-¡Oye! Extrañé durante todo este tiempo el cocinar y hablar contigo, al menos tengo derecho ¿no?- respondió.
-No exageres, solo fueron 3 días- contesté picando verduras.
-¡3 días sin ti es mucho! ¡Vivíamos prácticamente pegados con Sulli!- rió.
Continuamos en la cocina, cuando el almuerzo estuvo listo nos sentamos frente a la Tv, el chico se cansó de buscar en aquellos 4 canales y apagó la tele, prendió la radio bajito. En el medio de nuestra charla, la música se cortó.as
-¿Pero que diablos?- preguntó cambiando de emisión. La canción era la misma, una y otra y otra vez, se repetía sin fin- Nadie escuchará música-
Reí y continué con mi almuerzo. Aquella tarde se me hizo alegre, aunque el joven se quejase de que estaba algo aburrido por no poder hablar con Sulli o no poder mirar la tele en paz, se lo veía comodo en la casa. Pronto la noche llegó...
-Sinceramente no tengo ganas de irme, pero no tengo opción- Zhoumi se encaminaba a la puerta, yo fuí a su lado-Pero mañana tengo trabajo-
-No te preocupes, puedes venir la próxima vez, pero trae a Sulli que ya la estoy empezando a extrañar- le respondí.
El alto joven me sonrió y me abrazó fuertemente como siempre.
-Cuidate mucho- dijo y pronto se alejó arrodillándose en el suelo.
-¿Estas bien?-le pregunté.

-Si, es que... me dio una puntada en el estómago- dijo con gestos adoloridos.
Se fué con una cierta mueca de dolor en su rostro, e intentando no preocuparme me saludó desde su auto.
En cuanto lo vi marchar, cerré la puerta. La noche se estaba volviendo fría, hasta tenebrosa quizás. Encendí las luces del patio y miré por la ventana. No habia nadie.
Me giré hacia la sala de estar, salté del susto, el mismo joven que estaba cada mañana o más bien, cada vez que yo miraba por la ventana de mi habitación, estaba sentado justo en el sillón de la sala.
Pestañé un par de veces... cerré fuerte los ojos y volví mirar al sillón, no había nadie allí.
Más que rápido preparé la cena, cuando estuvo lista subí la escalera hacia mi habitación y me encerré con llave.
Me senté en la cama y me tapé con las frazadas. La máquina de escribir yacía a un lado de la cama, encendí la TV y comencé a mirar algun programa de variedades.
La habitación se hizo más cálida... Las cortinas se mecían levemente por la brisa fría que entraba por las rendijas de la ventana. Me pareció extraño aquel cambio de temperatura.
Me giré a ver la máquina de escribir... pero... lo que me llamó la atención eran las hojas que se habían comenzado a caer una por una.
-¿Que... carajos?- susurré.

Me levanté de la cama, descalza... me acerqué a las hojas, las letras se estaban marcando.
"Hoy ha llegado un hombre a esta casa. A ella se la veía cómoda, sonreía, tenía la mirada vivaz... Incluso recibió un abrazo de su parte...
Hoy... también hablé con ella por primera vez, verla tan de cerca se me hizo interesante... Ojala se dé cuenta pronto de quien soy, cuando lo haga, prometo hacerme visible ante ese par de ojos oscuros.
Lee Donghae"
Mi respiración se agitó, tomé la hoja entre mis manos y me senté a la orilla de la cama, mordí mi labio ante la anticipación, y susurré:
-Lee Donghae-
Mis manos sudaban, y levanté la mirada. Estaba sentado a mi lado aquel joven.
-Al fin te das cuenta- dijo sonriendome.
Sentí marearme... que todo giraba a mi alrededor, me faltaba el aire, solo persistía la sensación de vacío en mi pecho. Todo se desvaneció.
Al volver a abrir los ojos, las luz del día ya brillaba a las afueras de la casa. Me enderecé en la cama, y recordé lo sucedido la noche anterior, un escalofrío subió por mi columna, aun estaba acostada a las orillas de la cama.
"¿Y si solo había sido un sueño?" me pregunté.
Fuí al baño, me asee y me cambie de ropa, estaba convencida de que solo era una ilusión. Me dí un baño y me vestí, cuando estuve lista miré por la ventana.
Allí estaba él, sonriendome... esta vez caminando hacia la entrada.
Salí de mi habitación, bajé las escaleras lentamente, vi una sombra en la entrada de la casa... abrí la puerta despacio.
-Buenos días- lo oí decir.
-Buenos... Días- musité entrecortada.
Cuando el chico dió el primer paso para entrar a la casa, cerré la puerta.
-Oye, déjame entrar- dijo golpeando la puerta.
-¡No! ¡Habla desde allí!- respondí y tranqué con llave.
Pronto la sombra se había ido, me giré apoyándome en la puerta, al mirar a la sala allí estaba, con su traje color negro, aquel que estaba en el armario alguna vez.
-¿Co... Como entraste?- pregunté.
-Tengo una pregunta mejor... ¿Sabes que es lo que soy?- respondió.
-No lo sé... se supone que deberías estar muerto, viviste el siglo pasado, a menos que seas...- me detuve, lo miré a los ojos.

-Exacto, soy un fantasma- sonrió.
Mi piel se erizó, aquello era imposible.
-¡Obvio! Y yo soy Avril Lavigne- respondí con los brazos cruzados.
El chico rió.
-¿No me crees?- me preguntó acercándose más.
Negué con la cabeza y me apoyé contra la puerta de nuevo.
El chico levantó la mano y la puso frente a mi.
-Tócame-
Levanté la ceja y sonriendo le toqué la mano, mi sonrisa se borró, mi mano pasó de lado a lado. Lo mié a los ojos, se lo veían más oscuros, como si no tuvieran brillo.
-¿Ahora me crees?- me preguntó apartándose.
Me quedé en silencio, el chico se alejó y se sentó en una de las butacas de la cocina.
-¿Me harás daño?- le pregunté.
-No, ¿Por qué lo haría?-
-No lo sé... es extraña la situación- contesté.
El chico rió, cuando lo hizo me di cuenta de algo:
-¿Me estabas jugando bromas hace un par de dias atras?-
-Lo siento, por lo general paso solo aquí, eres la primera en llegar a la casa. Así que... bueno, solo te estaba dando la bienvenida- respondió.
Me acerqué a la cocina tomando un vaso de agua, me apoyé en la mesada y dije:
-Así que... siempre estuviste aquí-
-Si, asi es-
Me percaté de otro pequeño detalle, y con mirada seria me giré a verlo.
-¿Me has visto bañándome?-
Sus mejillas se volvieron más rojas, como si aquel color blanco y pálido de su piel desaparecieran.
-No, no lo hice- respondió.
Me acerqué y lo señalé con el dedo.
-Ten cuidado con lo que miras- lo amenacé.

El sonrió y negó con la cabeza. No podía negarlo, era... extrañamente atractivo, su mirada era dulce, al igual que sus rasgos, sus ojos eran brillosos, su piel parecía suave.
Me senté en una de las butacas frente a él.
-¿Que esperas de mi?- le pregunté.
-¿Porque lo preguntas?-
-¿Porque aún no te has ido?-
El chico sonrió tristemente, se encogió de hombros.
-Tal vez es porque tengo cuentas pendientes- contestó mirándome a los ojos...

Fin Cap. 3♥ 

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Marii

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