CAPÍTULO 3

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[SIN EDITAR]

Cuando era pequeño pensaba que las Navidades eran la mejor época del año. Si me decían que un señor mayor con el pelo blanco y una barba del mismo color vestido con un traje rojo iba a ir a mi casa una noche al año a dejarme los regalos que yo quisiera, ni si quiera lo pensaba.

Cuando era adolescente me parecía un poco coñazo. Toda la magia y gran parte de la ilusión por recibir regalos desaparecía. En esos momentos lo que más le gustaba era la gran cantidad de comida que se hacía.

Cuando me hice más mayor y ya me fui a Magnolia a la Universidad, esas fechas, la Navidad, servían como excusa perfecta para poder escaparse unos días, desconectar y ver a toda su familia.

Ahora todo era diferente.

Había crecido.

Se había vuelto responsable y muchas veces, no siempre, pensaba antes de hacer las cosas.

Se había casado con su chica.

Habían comprado juntos una bonita casa en Magnolia.

Y su familia de tres, contando a Happy por supuesto, había aumentado.

Luna, su pequeña de cinco años recién cumplidos era una combinación perfecta entre Lucy y él. Tenía unos enormes ojos verdes y un descontrolado cabello rosa que casi siempre llevaba desordenado. Su ropa muchas veces, por una o por otra razón terminaba sucia o en el peor de los casos rota.

Era muy parecida a Lucy, pero muchos de los rasgos de la pequeña pertenecían a la familia Dragneel. Bueno, los rasgos y la personalidad porque a pesar de ser una niña muy tierna y amable, tiene la vena de la aventura y de hiperactividad que tanto caracterizaron a Natsu en su momento, no hace mucho.

Nash, su pequeño de poco más de dos años podría ser un doble de Natsu si no fuera porque había heredado el cabello rubio y los ojos chocolate de su madre. Además de eso era mucho más tranquilo, con diferencia, de Luna.

Estaba claro que los genes de los Heartfilia corrían por las venas del pequeño Dragneel, pero a pesar de ser muy relajado y tranquilo casi todo el tiempo, seguía siendo un Dragneel y los había dejado a todos con el corazón en la boca en más de una ocasión.

Con ellos, había podido vivir de primera mano lo que sentían sus padres cuando él mismo y Zeref eran pequeños.

Ver su ilusión cuando Lucy y el empezaron a colocar los adornos de la casa. Todas esas luces y objetos brillantes y divertidos los habían cautivado desde el primer momento.

Verlos correr, o medio correr en el caso de Nash, por toda la casa la mañana de Navidad para ir a abrir los regalos era divertido y reconfortante.

Pero lo que más les gustaba, porque estaba seguro de que Lucy pensaba igual que él, era ver sus sonrisas cuando abrían los regalos y veían que efectivamente Papa Noel les había traído los regalos que habían pedido y algún que otro más.

Sus padres siempre le decían, cuando era más joven y se quejaba de lo pesados que se ponían con el tema de la Navidad, que cuando tuviera hijos lo entendería.

Y si, ahora lo entendía.

Como casi todos los años se encontraban en casa de sus padres para el día de Navidad, pero con la sutil diferencia de que los padres de Lucy se encontraban con ellos.

Desde que Natsu y Lucy se casaron y Luna y Nash llegaron a sus vidas, habían decidido entre todos que no estaba de más pasarla todos juntos. Ambos matrimonios se levaban muy bien y así Jude y Layla podrían estar con su hija y sus nietos.

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⏰ Última actualización: Jan 07, 2018 ⏰

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