La ciudadela subterránea

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Scars llegó al cuartel general.
Saludo a la recepcionista y cogió el ascensor, bajó al último sótano y entró en la sala de reuniones.
Allí solo había una hoja de papel donde se relataba un suceso en el submundo, una pelea entre vampiros y centauros.
-Me da que hoy toca una redada- murmuró
Fue a la armería y cogio su armamento habitual: las dos desert eagles, el cuchillo de combate, y sus dos espadas; la de plata y la de acero negro, las enfundó en la espalda y fue camino del garage
-Hoy que cojo el Mustang, el Camaro, el charger o la moto?, mmmmm, hoy me apetece el Mustang- dijo para sí mismo
Cogió las llaves del armario, montó en el Ford Mustang negro y se encaminó a la entrada principal de el submundo, aunque había más entradas en el alcantarillado de sunset city tenía que entrar por la principal para los temas oficiales, la entrada estaba en un bosque a las afueras.
Una vez llegó allí aparco el coche, se bajó de el, abrió el pasadizo oculto y entró al submundo.
Allí estaban Sutura y Johann dos hermanos silenciosos, seres neutrales vigilantes de la entrada.
-Buenos días, vengo a investigar el suceso que ha ocurrido recientemente
-Bienvenido seas Scars, último de los Ángeles de la noche, hace ya mucho de tu última visita.- dijeron ambos al unísono.
-Cierto es, cosa que me alegra dado que significa que no ha habido problemas.
-Tu afirmación es correcta, pasa pues y desempeña tu labor- sentenciaron otra vez al unísono.
-Muchas gracias, nos vemos al salir- se despidió y se encaminó hacia la ciudadela subterránea.
Quería ser discreto, para no perder el factor sorpresa, pero en el submundo eso es imposible muchos seres son videntes, todo ser en el submundo sabia que él había llegado.
-Que empiece el espectáculo.

la revolución del submundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora