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JAILYINE

Miro hacia el fondo de mi habitación, camino con furia a algún lado buscando algo con que desahogarme, me miro en el espejo y lo golpeo con mi puño, sacando toda la rabia e impotencia en el, me detengo un momento y miro mis puños, estos están sangrando, golpeo con mas fuerza el espejo y salen pequeños cristales que se incrustan en mis brazos y piernas, me detengo rendida y caigo en el suelo, gimo de dolor pero es lo menos que me importa.

Las lágrimas salen, malditos demonios, tapó mi cara tratando de detener el sollozo, tiro de las puntas de mi cabello con fuerza, y lo consigo, me levanto rápidamente, busco el bolso negro debajo de mi cama, lo saco de ahí y miro si falta algo y si, son mis guantes, los encuentro, pongo el bolso en mi hombro, camino hacia la puerta de mi habitación y la cierro de un portazo, bajo las escaleras cabizbaja limpiando las estúpidas lágrimas  que caen.

¿a donde vas? — escucho una voz a mis espaldas.

La ignoro completamente y salgo de esa maldita casa, camino lentamente por las solitarias calles de California, doy vuelta en la esquina y escucho ruidos a mi alrededor.
Me coloco el gorro de mi sudadera y giro mi cabeza buscando los causantes de aquellos ruidos y hacía el lado veo a un chico en el suelo siendo víctima de algún imbécil.

Puedo ser lo que la gente quiera, pero odio saber que le hacen daño a los demás, respiro profundamente, y me ha cerco a ese lugar.

—¿te crees muy hombre maltratando a los demás? —el hombre estaba a punto de golpearlo con su puño al chico en el suelo y se detuvo ante el habla de mi voz y se giro lentamente.

— si quieres jugar muñeca término con este y empiezo contigo —iba a seguir con su juego pegándole nuevamente pero puse mi mano en medio de el.

—pelea conmigo si eres tan hombre —estaba con la capucha puesta y no veía mi rostro.

—no peleo con mujeres — deja al chico en paz y pone recto frente a mi

—rió cínicamente — ¿crees que soy muy débil? —enarco una ceja.

Ignora mis palabras y se acerca al chico peligrosa mente, pero antes que lo haga, mi puño viaja a su mandíbula la cual hago que vuelva la cara, me pongo en guardia, gira su cara ,lanza un puñetazo en mi dirección y lo esquivo rápidamente, golpeo con mi rodilla su intimidad y cae al suelo,  mientras espero que se levante y me hago un moño rápido, se acerca rápido hacia mi y antes de que me toque lo toco del cuello y lo levanto hacia arriba.

—esperó que esto te sirva de lección y aprendas a respetar a la gente maldito imbécil — sus ojos viajan para encontrar mi mirada con la suya pero, yo soy mas rápido y lo esquivo, entonces lo suelto y cae de espalda al suelo y empieza a toser, miro donde estaba el chico y no esta, bufo y recojo mi bolso que estaba a mi costado.

Salgo lo antes posible de ahí y prendo un cigarrillo el cual me lo fumo con calma, en unas cuantas cuadras finalmente llegó al gimnasio de boxeo.

Me adentro en este, todas la miradas se fijan en mi, ruedo los ojos y voy hacia camarines, me cambio de ropa, me colocó las vendas y los guantes.

Salgo del camarín y me dirijo hacia el cuadrilátero, me subo en este y veo a mi contrincante, es más grande de estatura y más corpulenta, hago sonar mi cuello y golpeo los guantes suavemente y me pongo en guardia.

—no seas tan dura — me dice Austin el dueño del gimnasio

—si claro — digo en un susurro y sonrió sarcástica mente

Miro atenta cada paso que da mi contrincante, ella también lo hace, se acerca con intenciones de golpearme pero soy más ágil y le doy un golpe que va directo a su garganta, toce un poco y se recupera, sonrió satisfecha y eso la hace enojar más, me da un golpe en la mejilla haciendo me mierda el labio y escupo la sangre, me acerco a ella y entonces todo se vuelve borroso y rápido, golpeo con fuerza cada parte de su cuerpo.

De un segundo a otro veo el cuerpo de la chica desplomarse por el suelo, pero necesitó romper me para parar, sigo golpeándola pero no soy yo son las voces en mi cabeza.

Siento como unos brazos me rodean, eres una estúpida débil, cierro unos momentos los ojos, me zafo del agarre de Austin y bajo rápido del cuadriláteros, observo varias miradas que se fijan en mi, no les doy importancia pero cuando estoy por irme Austin sujeta fuertemente mi brazo.

—controla te —no digo nada y me voy a los camerinos

Llego a este y me despojo de mi ropa me meto en uno de los cubículos y me empiezo a enjabonar y dejo la que la lluvia artificial lave mi cuerpo.

deja la en paz —corro hacia mi mamá

—callate estúpida— no podía hacer nada solo era una estúpida niña de 9 años queriendo ayudar a su madre para no ser matada por el imbécil de su padre

Veo la sangre correr por el piso y lloro en silencio dejando que el agua se lleve toda esa mierda.

« tu la mataste »

no yo no lo hice fue ese imbécil

« tu dejaste que lo hicieran »

COLDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora