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JAILYINE

el se separa de mi y me mira fijamente limpia una lágrima, que recorre silenciosamente por mi mejilla, me sonríe, cuando estuve totalmente sola el apareció en mi vida, siempre a sido un gran apoyo para mí.

—Ven, vamos a fuera a entrenar —el sale primero y se detiene en la puerta — y controla te

...

Luego de entrenar alrededor de 3 horas en el gimnasio, salí y me dirigí caminando hacía los columpios que estaban a una cuadra de la casa de mi tía, me quede ahí un momento, dejando que la suave brisa pudiera llevarse todo lo malo, realmente esperaba eso, pero no se podía, por mas que una vida estuviera bien, siempre hay algo mal, todos sufrimos, pero no todos sabemos como recuperarnos.

Saque de mis bolsillos un pequeño atrapasueños tan diminutos que todos pensarían que es un arete, pero no, es un collar que me regalo mi madre, a ella siempre le gustaba hacer cosas artesanales, y a mi, me hizo un collar en forma de atrapasueños, con plumas de color blanco y azúl, colores tan puros, si, odio el azul en mis ojos, pero en otras cosas no, me parece tan pacífico, el único recuerdo que me queda de ella.

Levantó mi vista hacia el hermoso atardecer anaranjado que esta frente a mis ojos, el sol ya se está ocultando, y en el otro extremo ya están apareciendo algunas estrellas, me levanto del columpio y me dirijo hacía la casa, mientras voy caminando estoy tan absorbida por mis pensamientos que no me di cuenta que choqué con alguien.

—Lo siento mucho, no fije que venias — cuando voy a hacer contacto visual con la víctima, no es ni nada menos que el chico del pasillo, en serio, este chico me va a dar algo.

—No te preocupes, también fue mi culpa, tampoco te vi venir —dice con voz suave, sonríe sin mostrar su dentadura mientras se le comienzan hacer pequeños hoyuelos a cada lado de sus mejillas, es extraño, pero increíblemente fascinante. —Me llamo Brais —analiza mi rostro, y espera que comienza a hablar.

—Jailyine —trato de sonreír pero solo me sale una mueca, eso me pasa por no sonreír tanto —Bueno, ya que nos presentamos, me voy, un placer hablar contigo —Me despido con la mano, mientras el se queda un segundo quieto ahí, pongo los ojos en blanco, chico raro, nombre raro, claro, miren quien habla.


Cuando entro a la casa, me voy directo a la cocina, y escucho voces, me acerco y la puerta esta un poco entreabierta, miro y esta mi tía con un hombre el cual esta sentado frente a ella.

—Algún día vamos a tener que decirle toda la verdad —no entiendo nada de que es de lo que hablan.

—Si pero aún no le diremos nada, cuando cumpla 18, puedes llevártela y hacer lo que quieras con ella, ahí recién se enterará de todo, no le gustaría saber que su... — la puerta rechina un poco por tratar de apoyarme en ella y escuchar más, mi tía se queda quieta y mira hacía la puerta, corro hacia la habitación que esta al lado, y me encierro ahí, con el corazón en la mano.

Escucho como sus zapatos se dirigen hacia la puerta de la cocina, luego de un minuto, la cierra, suelto toda el aire contenido en mis pulmones, tenía que arruinarlo, no se que quien hablaban, pero no es bueno, puede ser de mí, de alguna persona alterna a esto, solo se que tengo un mal presentimiento, abro la puerta lo más despacio posible, asomo la cabeza y no veo a nadie, salgo en cuclillas hacia las escaleras y me voy corriendo hacia mi habitación, ahora si estoy segura, eso si que estuvo cerca, tendré que averiguar si se trata de mi o no.

Me despojo de mi ropa y me doy una ducha rápida, me colocó el pijama, y me recuesto en mi cama, me dedico a hacer la tarea de Español, tomo el cuaderno y me coloco a escribir.

« Chico raro, con nombre raro, ojos azules intensos exactamente como el mar profundo, con aquellos lentes que los esconden, unas pequeñas margaritas que se esconden en su sonrisa »

Creo que es la primera vez que escribo algo lindo, no se si sentirme orgulla o asqueada, como sea, lo termino, lo guardo en la mochila y solo me concentró en dormir.

No puedes llevarme con el dije lloriqueando.

con el estarás mejor su risa me causo escalofrío

Aún recuerdo su ropa manchada de sangre, mis ojos estaban con tantas lágrimas que no podía ver nada, solo pude distinguir que me ponían algo en la boca, mientras trataba de pelear con el, pero el era mucho más fuerte, luego todo se volvió oscuro y pude ver en la oscuridad unos ojos azules eléctricos.

COLDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora