Recordar el pasado

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NARRA ERIC:

-¿No te da gusto volver a verme?- me preguntó

-Jimena ¿qué hacés aquí?-

-Mi papá encontró trabajo aquí en Chile y nos mudamos- le explicó la chica

-Aaah-

-¿En que curso estás?-

-3B ¿y tu?-

-Aah que bueno porque yo también, así no voy a estar sola ¿y por qué no estas en clases?-

-Porque no quería entrar-

-¿Y que tal Chile? ¿Ya tienes amigos?-

-Algo así, Jimena, antes de que te asustes al verla tienes que saber que aquí hay una chica muy parecida a...-

-¡Yael!- gritó la chica entre horrorizada y confundida al ver que Mayra entraba con Diego.

Jimena conoció a Yael un poco antes de su muerte y le tomó un gran cariño y su muerte le afectó mucho porque en Yael había encontrado la hermana que nunca tuvo. Los ojos de Jimena comenzaron a aguarse y yo al notarlo me levanté y la abracé para que se tranquilizara.

-Jimena tranquila, ella no es Yael-

-¿Cómo decís eso? ¿Es que no la ves?-

-Yo también reaccioné así, también creí que era ella, pero no lo es, ella se llama Mayra y es prima de Yael-

-¿Cómo? Yael nunca me habló de ninguna prima-

-A mi tampoco, pero cuando conocí a Mayra, ella me explicó todo, a si que tranquila por favor, no vallás a hacer alguna locura-

NARRA MAYRA:

Después de que el doctor me colocara un yeso en la muñeca salimos del hospital con Diego. Al caer, sufrí un esguince leve en la muñeca, a si que me la inmovilizaron.

-Bueno, es hora de volver a clases-

-Si, suerte que me fracturé la muñeca izquierda, o si no, no podría escribir-

-Pero que estudiosa por Dios, yo en tu lugar estaría maldiciendo por no haberme fracturado la derecha- me dijo Diego

-Lo que pasa es que algunas personas necesitamos esforzarnos para conseguir una beca, no todos tenemos la suerte de contar con padres con plata- le dije divertida

-Bueno bueno, pero cuando seas mi esposa no vas a necesitar esforzarte tanto- me dijo con una sonrisa pícara en su rostro

-Esposa, si seguro, yo voy a ser monja Diego-

Diego soltó una carcajada

-No hagas eso, provocarás a los curas a tener pensamientos pecaminosos-

-Yo no tendría la culpa-

Nos fuimos hablando estupideces hasta que llegamos al liceo, pero un grito me puso la piel de gallina

-¡Yael!- miré de donde provenía el grito y vi a una chica mirarme con cara de horror, para luego ver a Eric abrazarla y decirle algo. No pude evitar sentir molestia al verlos abrazados.

-¿Quién es ella?-

-No se Diego, no la conozco-

-Parece que está llorando, ¿Vamos a ver que pasa?-

-Bueno, necesito saber porque otra mas me llamó Yael, ya tengo suficiente con Eric-

Caminamos hasta ellos y Eric me presentó a la chica

Solo tu me puedes salvarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora