Ultimo tomoe, tiempo de entrenar y la chica gato

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Habían pasado un par de semanas desde que Madara empezó a entrenar con su Nuevo Maestro.
Tal y como le había dicho, aunque su cuerpo no se quedaba con los golpes, moretones, raspones… puñaladas… flechazos al corazón… un relam… bueno el caso es que los ataques no le hacían algún efecto que no sea el mismo dolor. Dentro de la dimensión de bolsillo nuestro protagonista debía hacer 100 flexiones, 100 sentadillas, 100 abdominales y correr al menos 10 km Diarios. Y cuando salía de esta debía hacer los mismos ejercicios pero minimizados a una 4ta parte de estos, para que su cuerpo se acostumbre a su musculatura en crecimiento.

El Uchiha no podía ponerle pesas por lo que le creo unos sellos de restricción, que lo que harían es que el sienta lo mismo que estar en el agua al moverse. Ósea en pocas palabras aumentar la densidad del aire a su alrededor. Empezó a enseñarle varios tipos de katas que aprendió en las guerras en las que participo además, de enseñarle la súper fuerza senju. Realmente era algo difícil para Madara ya que esta misma necesitaba un gran control de chakra. Por lo cual se puso a entrenar hasta en su casa, realmente este no necesitaba salir mucho de ella, vivía en Vacuo en una pequeña aldea por lo que en esta misma no había academia de cazadores, así que los chicos eran entrenados por sus padres desde una edad temprana, o se entrenaban por si mismos.

El Uchiha estaba impresionado, habían pasado apenas 2 semanas y el chico estaba avanzando a paso agigantados, lo cual lo hacia sonreír, aunque también pesaba en aquella mujer que entrenaría al chico también, podía ver que ella era fuerte, bueno. Fuerte para este tiempo, un kiri nin (nija de la niebla) pudiese fácilmente contra ella, esos ninjas se basaban mucho mas en el kenjutsu o el estilo de espada ninja. Y no hablar de los 7 espadachines de la niebla, empezando a recordar lo que sucedió.

Inicio de Flash back

Un Dia Madara estaba en el patio de su casa, realmente no era tan grande, había algo de grama a su alrededor, pero en su mayoría era tierra y piedra. Madara estaba en una roca meditando, cuando un sonido muy familiar para el en su casa, sonaba como un agujero negro. Abriendo los ojos con una gran sonrisa se levanta de donde estaba y va corriendo a la puerta para abrirla y entrar a su casa para dirigirse a la sala donde puede ver a su  tía Raven, con una mascara parecida a el cráneo de un grim saliendo de uno de sus portales.

Raven se empieza a quitar su mascara de poco a poco, Raven es una mujer con el pelo negro azabache algo puntiagudo, su forma facial es algo triangular, sin exagerar, es de tes algo blanca. Raven usa un vestido negro y rojo de corte superficial, cinco collares con una variedad de cuentas, una faja roja y un par de guanteletes a juego.

 Raven usa un vestido negro y rojo de corte superficial, cinco collares con una variedad de cuentas, una faja roja y un par de guanteletes a juego

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Raven sonríe al quitarse su mascara y se agacha a la altura de su sobrino –que, no saludaras a tu tia?-dice con una sonrisa cálida.

Madara no se lo pensó 2 veces y se tiro a los brazos de su tía abrazándola fuerte mente, después de saludarse mutuamente con un abrazo se separa.

Raven se pone recta- y bien? Donde esta tu madre?- dice poniéndose un poco mas seria.

Madara se pone de forma pensativa hasta que se le enciende el foco, Raven hubiese jurado ver un bombillo encenderse en la cabeza de su sobrino, pero era imposible… verdad?. –mama esta en su habitación. Por que? Acaso la llamo?-dice con una ceja levantada mirando a su tía.

El Héroe OlvidadoWhere stories live. Discover now