[ L O V E G A M E ] ♡ c. s. c < y. j. h > k. m. g ♡

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🌻🌻🌻

Y. JH.

—Oh... ahí está, lo está haciendo otra vez...—. Dice de la nada logrando interrumpir mi actual misión, enterrar mi ansiedad, mis penas y de paso mi rostro en una hamburguesa doble con extra queso. —de nuevo esta mirandote con ojos de cachorro y esa sonrisa tonta.

Aquello logra llamar mi atención. Elevo mi rostro, encontrándome con su mirada, evidentemente divertida, pérdida en algún punto a mi espalda mientras juguetea con su tenedor entre sus labios.

La curiosidad es más fuerte que yo. Extiendo una mano para tomar una servilleta mientras miro hacia atras por sobre mi hombro intentando aparentar discreción, masticando con lentitud sin entender a quién se refiere.

Para cuando lo entiendo, el buen ánimo que me las había arreglado para conservar hasta ahora se me cae a los pies.

Detrás de mí se encuentra la mesa de SeungCheol y su grupo, —que en su mayoría se conforma por miembros del equipo de natación—. Le observo coquetear con el rostro demasiado cerca del de una chica de cabello largo y uniforme de animadora, mientras sus amigos tontean a su alrededor, tan ruidosos y estúpidos como siempre.

Mis dientes atrapan mi labio inferior en una majestuosa mueca de berrinche y siento como mi corazón se agita y el dolor se instala de vuelta.

De acuerdo, lo intenté ¿puedo volver ya a mi habitación a retorcerme bajo mis mantas?...

—No sé de que hablas— suspiro devolviendo la atención a mi almuerzo, el cual ya no tengo ganas de comer. —yo lo veo de lo más entretenido con su amiga cabeza de burbuja.

Jisoo emite un ruidito con la boca, que en su idioma significa "eres increíblemente estúpido" y me mira con exasperación.

—No me refiero al estúpido de Choi— desdeña con una mano. —yo hablo de su lindo amigo moreno... ese qué es alto como un poste. Lleva tres días mirandote como si fueras un unicornio azul parado en medio de la cafetería.

Sus cejas se mueven de arriba a abajo en un gesto insinuante mientras muerde su sándwich y mis ojos ruedan ante lo ridículo de sus palabras.

Yo devuelvo mi mirada hacia atrás sin demasiada cautela está vez. Porque es completamente imposible que uno de sus amigos esté... mirándome.

Los lindos ojos traviesos de Kim Mingyu reciben mi mirada de lleno. Su expresión se amplía con algo de sorpresa en un  principio, sin embargo, no interrumpe el contacto, me mira, luciendo apena levemente tímido mientras una sonrisa embobada eleva las comisuras de sus labios.

¿Pero qué...?

Regreso a mi posición original de frente a Joshua a toda velocidad y él me observa, deleitándose con mi reacción.

—N-No es a mí a quien mira...—. Niego, colocando toda mi atención en las escasas cinco patatas fritas que aun quedan en mi plato.

—Ya... entonces ¿por qué te has puesto todo rojo?—. Se mofa, señalandome con su tenedor.

—No es verdad—. Exclamo ocultando mis mejillas y él se deshace en una carcajada sonora.

Ah, en serio ¿cómo puedo llamar a está persona mi mejor amigo?

—Oh vamos, esto es perfecto para nuestro plan—. Plantea, con una sonrisa al mejor estilo de asesino serial extendiéndose  por su rostro. —solo imagínate lo furioso que se pondrá Cheol si se entera de que follas con uno de sus propios amigos.

Mis ojos se abren a tope ante lo que sugiere.

─Díos, Jisoo... no voy a acostarme con ese chico ¡ni siquiera le conozco!—. Aquello era una locura, no puedo hacer  algo así de desagradable, no que hubiera algo malo con él, —porque vamos, solo había que mirarlo. Dormir con él no representaría un sacrificio para nadie—, pero me gusta pensar que soy mejor persona que eso. Si, estoy jodido pero no jugaría con los sentimientos de alguien más solo para buscar mi propio beneficio. —olvidalo, lo más probable, es que únicamente esté burlándose de mí como hacen todos los demás.

Lo último que necesitaba en mi vida justo ahora era más drama, tenía suficiente con las risas y los cuchicheos a mi espalda cada vez que andaba por los pasillos. Muerdo el popote de mi bebida undiendome un poco más en mi asiento y juro que puedo sentir la exasperación brotar de cada uno de sus poros cuando suspira con pesades.

—Idiota ¿piensas que quiero prostituirte?—. Me lanza su servilleta  arrugada. —no necesitas acostarte realmente con él, sólo debes... coquetearle un poco, dejar que los demas te vean con él. Entonces, haremos circular un pequeño rumor por todo el Instituto.

Hace un curioso movimiento con sus dedos, —como si aquello fuera cosa de nada—, mientras yo medito su alocada estrategia dando parsimoniosos sorbos a mi soda sabor melón verde.

Como si eso fuera a molestarle en lo mas mínimo...

El momento en que ese pensamiento se asoma fugazmente dentro de mí cabeza quiero golpearme a mí mismo contra la pared. Porque entonces me doy cuenta de que no es la parte de seducir a ese chico lo que me asusta, ni siquiera lo que puedan llegar a pensar todos de mí. No, lo único que verdaderamente me aterra de este plan, es llegar a descubrir lo poco importantes que resultan mis acciones para la persona que me gusta.

¿Se puede llegar a ser más patético en esta vida?

Suspiro, intentando componer mi semblante un poco.

—¿Y qué si no funciona? ¿qué pasa si nadie lo cree?—. Planteo recargándome en el respaldo de la silla con los brazos cruzados.

Su sonrisa de asesino sádico vuelve y se estira desde su lugar para tomar mis mejillas.

—¡Esa es la mejor parte!—. En un acto de desvergüenza absoluta planta un ruidoso beso sobre mi nariz y yo doy un respingo. —tu reputación es taaan mala, que no hay forma alguna en que los demás no lo crean.

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